La crisis económica está agravando dramáticamente la situación de las personas que atiende Cruz Roja Española y, en especial, la de los jóvenes. Esta es la principal conclusión del Boletín número seis sobre la Vulnerabilidad Social, presentado por el coordinador general de la Institución humanitaria, Antoni Bruel.
 
Y las cifras así lo evidencian: la tasa de paro de los jóvenes atendidos por Cruz Roja es del 79,6%, casi 34 puntos porcentuales superior a la tasa de paro juvenil medida por la Encuesta de Población Activa (EPA); el 24% carece de cualquier tipo de ingresos; el 60% ni estudia ni trabaja, y la tasa de abandono educativo prematuro es del 72%, lo que supera en más del doble a la media nacional de 2011 (30%).
 
“Respecto al entorno familiar de estos jóvenes, también podemos decir que la situación de sus hogares está marcada por el desempleo ya que sólo un 49% de los padres o tutores están ocupados; además, un 8,5% de los jóvenes se ha puesto a trabajar para ayudar en casa, y tienen grandes dificultades para la emancipación, viviendo el 63% de ellos con su familia“, indica Antoni Bruel.
 
Un lado positivo
 
Sin embargo, del Boletín sobre la Vulnerabilidad también se desprenden aspectos muy positivos. Un 45% ha sido voluntario alguna vez y un 20% participa diaria o semanalmente en asociaciones juveniles. Son además muy conscientes de que hay que esforzarse para conseguir lo que se desea (62%) y que deben mejorar su preparación y completar los estudios (61%).
 
Según Estrella Rodríguez, directora de Estudios e Innovación de Cruz Roja, hay otro aspecto muy positivo a tener en cuenta: “Los jóvenes nos demandan mayor participación, es decir, quieren ser partícipes de la propuesta de futuro que les hagamos para mejorar su situación, y esto es un elemento muy positivo, muy saludable, de cara a trabajar con estos jóvenes“, indica Rodríguez.

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