Las tablas de mortalidad publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no sólo muestran que Salamanca es la provincia con mayor esperanza de vida de España, sino que además los salmantinos están entre quienes menos riesgo de muerte tienen, con apenas un dos por mil.

Otro dato destacado es la mortalidad infantil, entre las más bajas del país y reducida a la quinta parte en un cuarto de siglo. A comienzos de los años novena era de diez bebés por cada mil, al llegar el nuevo siglo descendió a cuatro por mil y en la actualidad es dos por mil.

En niños se reduce el riesgo, siete por cada cien mil, en adolescentes dos por diez mil y en jóvenes entre cinco y siete por diez mil. El riesgo de muerte aumenta con la edad, en torno a ocho por cada mil adultos y entre sesenta y ochenta por mil en los mayores de 65 años.

¿De qué mueren los salmantinos?

Como ya publicara este diario la semana pasada, en Salamanca, concretamente, las enfermedades cardiovasvulares siguen suponiendo el mayor problema para la sociedad, aunque los tumores van restándole espacio. Las dinámicas de ambos son completamente distintas. Precisamente, la mala alimentación y la vida sedentaria también está afectando a la aparición de mayores tumores en los salmantinos que, aunque, tienen una mayor esperanza de vida debido asimismo a los avances médicos, está haciendo ascender los fallecimientos en la provincia.

Los distintos tipos de cáncer suponen la segunda causa de muerte en Salamanca, aunque muy cerca de las enfermedades cardiovasculares. En 2013, 1.123 personas fallecieron a causa de un tumor, un aumento de diez personas sobre 2010, de más de cien sobre 2004 y de casi doscientos sobre 1994, justo al contrario que los problemas cardiovasculares. En la región ocurre lo mismo. En 2013, el porcentaje de fallecimientos por enfermedades del sistema circulatorio fue de casi 331 por 100.000 habitantes, por los 337 del año anterior. Por el contrario, las muertes por tumores crecieron de 319 a 322 por cada 100.000 habitantes.

Las enfermedades respiratorias, por su parte, serían la tercera causa de muerte en Salamanca muy por debajo, eso sí, de las que afectan al sistema circulatorio y de los tumores. En concreto, estas habrían provocado la muerte de 437 personas en 2013. Este dato también se mantiene prácticamente estable en los últimos años. 

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