Apenas hace un mes que Federico Martín se convirtió en el máximo responsable del sindicato CSI-F a nivel provincial sustituyendo en el cargo a José Manuel de León. Martín formaba parte del equipo directivo anterior y aspira a conducir la organización por una senda continuista que le permita tener una mayor presencia social y aumentar su número de afiliados.

-¿Cómo está el sindicato y cuáles son los primeros objetivos?
-El sindicato está en un buen momento interno. A nivel nacional se ha promovido en los últimos ocho años una reforma para que sea mucho más eficiente en su defensa de los trabajadores. En esa línea, se han promovido iniciativas como es la de incrementar la transparencia. Somos el único sindicato que todos los años publica una auditoría externa. Nuestras cuentas son transparentes y hacemos público el número de delegados y afiliados. Se sabe de dónde viene nuestro dinero y a qué se dedica.

En el capítulo de funcionamiento interno, se han modificado los estatutos porque estamos en un proceso de optimización de los recursos. Nuestra intención es defender al afiliado y que todos los recursos de CSI-F estén a su favor. Además queremos que los sectores tengan una cierta autonomía y que nosotros estemos parea ejercer la labor de coordinar y poner todos los recursos que pueda tener la unión provincial al servicio de esos sectores, que son los que tienen una presencia real en los centros de trabajo. Nosotros como unión provincial vamos a trabajar para que esos sectores tengan más medios en su trabajo. Yo ya formaba parte del equipo anterior porque era el vicepresidente provincial así que conozco bien qué se estaba haciendo, cómo se estaba haciendo y las nuevas tareas son más fáciles. No es aterrizar en un sitio que no conoces.

En cuanto a los retos que nos planteamos, es evidente que todos tenemos que mejorar. Todos. Nuestra vocación es poner todos nuestros recursos al servicio del trabajador y para eso pretendemos mejorar nuestra presencia social de cara al exterior. Queremos hacerlo participando en todos los foros o reuniones en las que se nos lo pida y nos ofrecemos para formar parte de cualquier foro, reunión, asociación, grupo o espacio en el que CSI-F pueda hacerlo.

-¿Cuál es la posición de CSI-F en la provincia?
-Aunque no se tenga esa percepción, probamente seremos una de las organizaciones con más afiliados en Salamanca. No creo que ninguno de los partidos políticos, ni si quiera los mayoritarios, tengan tantos como nosotros. Representar a 2.200 trabajadores y sus familias, al margen de simpatizantes, en una ciudad pequeña como Salamanca debería tener más peso social. Se debería contar más con CSI-F como transmisor de la opinión de esas 2.200 familias que hay detrás de nuestros trabajadores. Por eso, una de las líneas de trabajo que nos hemos planteado en el equipo es intentar incrementar nuestra presencia social y así trasladar a la sociedad las opiniones, las inquietudes y el sentir de esas familias.

En Salamanca estamos en expansión, somos el primer sindicato en empleados de la Junta de Castilla y León y vamos incrementando nuestra presencia en el sector privado. Habitualmente se nos identifica con los trabajadores públicos y evidentemente somos un sindicato que surge principalmente para trabajar con ellos. Sin embargo, en los últimos años con esa línea de renovación sindical, nos estamos extendiendo al sector privado y en Salamanca, en concreto, la cosa va bastante bien.

-¿Cómo se financia?
-CSI-F es un sindicato que es independiente y lo es, no porque lo digan sus siglas, sino por la vocación que tenemos. Para ser independientes necesitamos incrementar nuestra masa social. Tenemos que aumentar nuestros afiliados porque son sus cuotas las que nos sustentan económicamente y son sus opiniones las que sustentan nuestras líneas de trabajo. Pedimos subvenciones como todas las organizaciones pero las que recibimos son mínimas. Es público, aunque no me sé la cifra exacta. Lo que nosotros queremos es trasladar la opinión de los trabajadores al empresariado, a la administración y a la sociedad. Por eso, nos hemos planteado incrementar la presencia en los centros y que sea la voz del trabajador la que se escuche. Los posicionamientos de CSI-F se deciden con los trabajadores. Somos una organización democrática con un funcionamiento interno democrático. Nuestros delegados y liberados van a los centros de trabajo, recogen la opinión de los trabajadores y esa es la que trasladan a los órganos de dirección y la que nosotros defendemos.

-¿Qué diferencia CSI-F respecto a otros sindicatos?
-La principal ventaja de CSI-F es que es más ágil. Uno de los problemas que ha tenido el movimiento sindical ha sido que se ha 'elefantizado'. Se ha convertido en un animal muy pesado y muy poco ágil. Es poco cercano al trabajador porque sus propias necesidades y modos de funcionar le obligan a consumir la mayor parte de su energía. De ahí el símil del elefante. Sin embargo, CSI-F por su menor dimensión respecto a otras organizaciones sindicales es capaz de estar más cerca de los representados. Eso es lo que buscamos en este momento. Ser mucho más ágiles en la defensa del trabajador porque no nos absorben las necesidades de funcionamiento interno. Esa línea es en la que queremos profundizar con más presencia en los centros y más traslado a los órganos de lo que los trabajadores necesitan. Nuestra función será coordinar todo eso. Se trata de que lo que realmente los trabajadores quieren, 'fresquito', del día, se traslade a los poderes fácticos, la Administración, los empresarios y a la sociedad. Sin necesidad de pasar por todos esos filtros que otras organizaciones tienen por su tamaño.

-¿Cuáles son los derechos que se han perdido y que es más urgente recuperar?
-Si hablamos de empleados públicos, que es por lo que más se nos pregunta, hay una cuestión que para nosotros es clara y necesaria. Hay que revertir los decretos de recorte de 2012. Esa revisión es imprescindible y por la que nosotros estamos luchando de manera más directa porque se supone que eran medidas provisionales. Se han convertido en algo 'provisional para siempre'. Algo que está enunciado en los decretos como medidas excepcionales se ha convertido en medidas estructurales. Nosotros eso no lo podemos permitir y por eso en este momento estamos promoviendo una campaña de recuperación de las 35 horas semanales. Hemos vuelto a unas condiciones 'draconianas' que no mejoran el servicio público y ese es uno de ellos pero hay otros muchos.

Es evidente que las tasas de reposición impuestas por Montoro a lo único que nos han llevado es a deteriorar todo el servicio empecemos por donde queramos empezar. Por ejemplo en la Universidad, que es uno de los pilares fundamentales de la ciudad, hemos perdido una enorme cantidad de docentes que se han jubilado y que no se han repuesto. Con lo cual hemos precarizado terriblemente el trabajo. Se han cubierto plazas de catedrático con licenciados recién salidos y un sueldo miserable. No se permite reponer el profesorado. En Sanidad lo mismo. Todos estos problemas que estamos teniendo proceden de esa misma política de recorte.

En Educación ya no es solo eso. No es que no repongamos las jubilaciones sino que lo que debería de ser una política de servicio al ciudadano ya no se puede llevar a cabo por una razón simple. Nuestros políticos no piensan en cómo mejorar la atención al ciudadano sino en 'cómo recorto o me ajusto al dinero que me dicen que me tengo que ajustar'. Por eso no se planifican nuevos servicios ni se mejoran para el usuario. Se está gestionando para recortar y eso perjudica al ciudadano de forma directa. Además al empleado público le perjudica no dejándole hacer dignamente su trabajo.

-¿En qué sector hace falta más personal?
-El empleo público en Salamanca se ha reducido en los últimos años en 3.000 trabajadores. En 2013 teníamos 3.000 trabajadores públicos más que en 2016. Eso significa que en absolutamente todos los sectores públicos ha habido una merma sustancial de empleados. ¿Dónde se nota más? En los servicios que atienden directamente al ciudadano como son Sanidad y Educación.

En Sanidad en este momento se está haciendo público que la gestión de los hospitales nos lleva a que si habitualmente se cerraban unas 40 camas ahora se cierran unas 120. Se ha triplicado el número de camas que se han cerrado. En una provincia ruralizada como Salamanca, cuando antes podías contar con un médico durante seis horas a la semana en un municipio, ahora solo puedes contar con él tres.

En lo que se refiere a Educación, es verdad que tenemos una creciente despoblación. Sin embargo, a nosotros nos gustaría que la Administración entendiese que un alumno de Navasfrías, probablemente la localidad más alejada, tiene los mismos derechos que uno de Aldeatejada o del centro de la capital. La cosa pública, el gobierno de todos, surge para dar esa igualdad de oportunidades y de acceso.

Es verdad que mantener una escuela con cuatro alumnos no es bueno pero también es verdad que se está abandonando la posibilidad de que en ciertas áreas rurales se pueda hacer, por ejemplo, el bachillerato de dibujo técnico. Me explico. Tú en Salamanca si cambias de instituto tienes todas las opciones pero en Vitugudino, no. Es un ejemplo. En general no se ha cuidado que la oferta educativa se haga de una manera igualitaria. Habría que estudiar qué núcleos son los que tendrían que tener esa oferta completa y promover medios y modos para que todos los estudiantes de Salamanca tuviesen acceso. Quiero decir que si a un señor de la Fregenda le tienes que llevar a Vitugudino, que Vitigudino tenga todas las opciones posibles. De igual manera, si un señor de Salamanca cambiándose al instituto de al lado puede hacer el dibujo técnico del que hablábamos, como optativa, porque quiere ser arquitecto o aparejador, no recaiga el esfuerzo en sus padres para traerlo a Salamanca, sino que sea la Administración la que se lo ofrezca en Vitigudino, aunque sea a él sólo. Ya sé que esto suena fuerte pero ha de ser así porque la Administración está para que el alumno de la Fregeneda que trabaja, funciona bien y quiere hacer dibujo técnico lo tenga a su alcance y no dependa de si sus padres le pueden traer a Salamanca a un piso y pagarlo o no.

En eso sí está repercutiendo mucho la reducción de personal, al reducir docentes se reduce mucho la capacidad de elección del alumno. Tal vez no sea rentable pero la Administración pública no está para rentabilizar, está para dar un servicio y hay que buscar que sea lo más completo posible.

-¿Alternativas?
-Imaginemos que la Administración no puede poner esa especialidad en Vitigudino. Me parece bien. Póngase una residencia en Salamanca para que pueda hacer esto sin coste para su familia. Alternativas siempre hay, la cuestión es qué políticas queremos hacer. Las reducciones de personal nos llevan a desigualdad social en los servicios públicos.

-Uno de los conflictos más candentes en la provincia es la Sanidad, ¿cuál es la postura de CSI-F?
-Nosotros también hemos pedido la dimisión de la gerente porque creemos que la Administración debe acercarse al ciudadano. Entendemos los problemas económicos y entendemos que la Administración dispone del dinero que dispone pero eso no es óbice para que haya mucho más diálogo o para que se planeen en las distintas mesas de negociación cuáles son los problemas reales para que se adopten soluciones buscadas en común.

Son los trabajadores de la Sanidad quienes conocen cuáles son realmente sus problemas y son ellos los que pueden contribuir a encontrar las soluciones. Por eso, el principal problema de la Sanidad en Salamanca es la falta de diálogo con los trabajadores y sus representantes, que son las organizaciones sindicales. Póngase a la cabeza de los organismos públicos a personal técnico con criterios técnicos. No se nos ponga a políticos que tienen que rendir cuentas ante sus padrinos o ante sus mentores.

Uno de los mayores errores que se está cometiendo, lo califico como un error aunque hay veces que los errores son voluntarios, es poner al frente de los servicios a personas que no son técnicos porque les es muy difícil entender cuál es la realidad de sus servicios. En nuestro caso, hemos pedido la dimisión de la señora Granados porque pensamos que sus medidas, entendiendo que hay problemas económicos, no son las más adecuadas para racionalizar el servicio.

¿Cómo puedes cerrar la planta entera de ginecología? Tú no sabes cuántas personas se van a poner de parto en ese tiempo. Entonces, es una medida equivocada. Ciérrame dos, tres o cinco camas pero déjame la planta abierta. Quítame otras dos o tres de la de al lado, buscando siempre el menor perjuicio para el ciudadano y el consenso de los jefes de planta, los coordinadores de área y los trabajadores para ver exactamente dónde se puede reducir y dónde no. No tomes medidas de ese tipo que parece que has llegado con el hacha en la mano y eso luego se vuelve contra ti. Ya van dos veces que hay que reabrir la planta de ginecología porque el parto es algo natural, afortunadamente, y necesitamos muchos más de los que tenemos.

No es que no aceptemos las medidas pero creemos que deben hacerse de la manera más racional posible. Es decir, no es que no aceptemos el recorte, es que no se recorta bien.

-¿Es imprescidible derogar las últimas reformas laborales?
-Es fundamental dialogar sobre esas dos reformas laborales y plantearse una revisión de planteamientos técnicos y de generación de estructuras económicas sólidas. El mayor problema de la reforma laboral es que se han colado instrumentos disfrazados de mecanismos de creación de empleo que en realidad son mecanismo de aumento de beneficio en perjuicio de la estabilidad laboral.

La estabilidad es buena para empresario y trabajador y la precariedad lo único que nos lleva es a empleados insatisfechos y empresarios inseguros.

Recuperemos la dignidad del trabajo y es el mercado el que dice si la reforma es buena o mala. En esta caso es evidente que las dos últimas solo han precarizado el empleo y no ha habido un aumento en la contratación. El aumento que se dice que está habiendo no se corresponde con un aumento del empleo de calidad, por lo tanto, la reforma laboral está fallando ahí.

Sentémonos y recuperemos la cultura del diálogo. No sé si seremos capaces de encauzar a nuestros políticos, por la costumbre no por otra cosa. Así que vamos a ver qué es lo que necesita la promoción de empleo este país porque más empleo es mejor para todos y lo que hacen falta son consensos. En torno a la reforma, la sanidad o la educación. Por ejemplo, estamos regidos por una ley educativa que tiene la respuesta negativa de un porcentaje enorme de la sociedad. No puedes educar a tus alumnos con una ley que está contestada por una mayoría de los ciudadanos. Hacen falta consensos en lo que es estructural, empleo, sanidad y educación. Una vez llegados a esos consensos que apliquen sus políticas. Y eso es lo que hay que pedirle al nuevo gobierno.

-Acerca de esa creación, ¿cuál es la posición del sindicato?¿Alguna preferencia?
-Preferencia ninguna. El sindicato es absolutamente independiente y además lo tiene a gala. Nosotros tenemos claro que España necesita un gobierno. Llevamos demasiado tiempo en funciones y ese tiempo lo que hace es meter ?mierda? debajo de las alfombras y luego todo eso hay que limpiarlo. La cuestión es que no se está gestionando ni avanzando y eso para nosotros es trágico. La primera posición del sindicato es que haya un gobierno ya. Quién lo integre es una cuestión que no nos compete. Los ciudadanos ya se han manifestado y sabemos cuáles son los equilibrios de poder, ahora lo que necesitamos es que se nos gobierne.

En segundo lugar, lo que pedimos a ese nuevo gobierno es que se sitúe al lado de los trabajadores y que entienda que sólo devolviendo a los empleados de este país unas condiciones laborales dignas en las que se pueda trabajar por los demás, este país avanzará. Hay que romper la cultura del beneficio rápido. La cultura del pelotazo es la que nos ha perjudicado. El gobierno tiene que buscar que la sociedad entienda que el trabajo es nuestro mayor bien, nuestra mayor riqueza y que sólo creando puestos dignos, de calidad y satisfactorios para el empleado, el mundo laboral va a recuperar su consideración y su impulso.

La expresión generalizada es: ?el trabajo que he conseguido es un trabajo de mierda, voy a desempeñar unas 'funciones de mierda?. Es así. Por eso tenemos que recuperar unas condiciones de trabajo digno y satisfactorio. Así los trabajadores mejorarán su percepción del trabajo y su productividad y dejémonos de pelotazos. Vayamos a construir estructuras económicas sólidas y para eso es fundamental que hay aun gobierno al mando y con unas políticas de empleo en esa línea y no en otra.

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