El deterioro de la estación de autobuses de Salamanca es constante. Prueba de ello fue que en septiembre de 2010 el muro trasero en la avenida de Maristas se vino abajo completamente, cayendo sobre la acera y esparciendo restos por toda la calzada. Los hechos se produjeron pasado el mediodía, aunque por suerte en ese momento no pasaba nadie, por lo que no hubo que lamentar ninguna desgracia, pues una zona muy transitada por universitarios y de haber sido otro día el resultado hubiera sido otro.
 
Fueron más de treinta metros de largo por dos de alto, de ladrillo y cemento, que se desplomaron en su totalidad, lo que obligó a Policía Local y Bomberos a intervenir para cortar uno de los dos carriles de la avenida y acordonar la zona, retirando los restos de muro que habían quedado por la calle. Uno de tantos efectos del deterioro de la estación de autobuses sin que se acometa una reforma.

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