En cuanto a cambiar la hora, la mayoría se muestran conformes con la idea, aunque no todos están convencidos de que surtiera el efecto deseado. “Puede que se aprovechara más el día, no lo sé, las horas de sol y eso...Pero si no, es una tontería, no le veo el sentido”. Otros se refugian en la lógica pura al plantearse la cuestión: “Bueno, en realidad es que es lo lógico. Estamos en el mismo meridiano, deberíamos tener una hora menos”.
Algunos responden con mayor seguridad, ya tienen claro lo que prefieren. “Yo me quedo con el horario canario”, asegura un médico de las islas, afincado en Salamanca. El horario de jornada continua parece tener opiniones más dispersas. Muchos no sólo lo apoyan, sino que lo esperan con ganas. “Queda mucho más tiempo libre, para la familia, para estar con los amigotes por ahí… lo que quieras”.
Otros, en cambio, valoran otros aspectos negativamente: “No me parece bien, es importante tener libre la hora de comer, para etsar con los hijos, y además puedes echarte la siesta”, señalan. Muchos también consideran que la jornada continua es una cuestión más subjetiva, ya que depende en gran parte del trabajo que desempeñe cada persona, y también de lo que cada uno prefiera.
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