El crecimiento de Chamberí fue tal que, al tiempo, quedó unido con otro barrio: el conocido barrio de Las Alambres. Al igual que el mismo caso, se asentaba gente de la clase social media-baja e inmigrantes que llegaban a la ciudad provenientes del medio rural en busca de un empleo con el que poderse ganar el pan haciendo el barrio ellos mismos. Hoy día, en este barrio también se asienta parte de la comunidad gitana de la ciudad. Por otra parte, y quizás por estar al otro lado del río y estar alejado de Salamanca, su desarrollo ha sido menor que el de otras y ha quedado encasillado como un barrio marginal.
J. Jesús es vecino del barrio, a los pies de Vistahermosa, y relata a este diario el significado del que considera su barrio para él. “Mi relación con este barrio no es muy larga. Llegué a Salamanca en el 92 y desde entonces vivo aquí. El trabajo fue el que me trasladó a la ciudad y a esta zona en concreto y aquí me quedé. Los que nos conocemos somos como una familia. Es lo más parecido a un pueblo y vivo tranquilo a pesar de la fama que tiene al estar empañado por la droga o la pobreza. Aquí hay de todo, pero como en todos los lados y en todas las ciudades. Es un barrio más. Hasta hace nada vivían también mis hijos, que ya marcharon a hacer su vida. Mi mujer y yo nos quedamos aquí, porque no hemos tenido nunca un problema y vivimos a gusto. Y con vistas a la catedral”, señala J. Jesús
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