La conga, el trenecito, cantar subidos en un banco de la Plaza Mayor, cualquier cosa con tal de dar la nota y hacer que los últimos en llegar a la facultad pasen su prueba de hacer el ridículo durante unas horas. Son las novatadas universitarias, que llegan con el inicio del curso. Una tradición que va evolucionando con los tiempos y del pasarse la manzana de una boca a otra ahora es el litro de calimocho o cerveza de una mano a otra, pues hay quienes hacen beber a los novatos si no van pasando las pruebas.

Otros grupos en cambio, van más allá. Los hay que obligan a ir por la zona monumental para molestar a los turistas, otros mandan a las chicas subirse a una zona alta de una calle muy transitada para explicar cómo se coloca un tampón, algunos deben hacer monólogos picantes en alguna plaza e incluso bajar a una tienda vestidos en pijama, con un secador, y simular un atraco al dependiente. En YouTube son múltiples las muestras de novatadas que exceden la mera broma. 

Las novatadas persiguen, únicamente, ser un aliciente para divertirse. Para divertirse a costa de las pruebas que hacen a los recién llegados a las aulas universitarias. Pero, ¿dónde está el límite de estas prácticas o estas pruebas? Ahí la polémica. Es muy común, por ejemplo, que los novatos sean mojados con agua fría, rociados en harina, encerrados en un cuarto o engañados sobre las reglas o los procedimientos a seguir en clase? Pero en muchos otros casos se va más allá y se obliga a los alumnos que acaban de comenzar el curso en la Universidad a ingerir cantidades ingentes de alcohol, a desnudarse o a sufrir otro tipo de situaciones que acaban en hasta agresiones físicas o requerimiento de atención médica o psicológica. De hecho, hace cuatro años fueron expulsados dos alumnos por agredir a otro que se negó a participar en una novatada.

El Gobierno ha apoyado un manifiesto por el que se insta a estar vigilantes en estas prácticas y limitarlas o llegado tal caso prohibirlas ante las quejas de los propios alumnos o de relacionados con el ámbito educativo. Consideran las novatadas, en la mayoría de los casos, de excesivas en su contenido y no representativas del ámbito estudiantil universitario ni continuadoras de una tradición ya que distan mucho de las originarias. Por su parte, la Universidad ha puesto en marcha este lunes una campaña bajo el lema ?Ayúdanos a que las novatadas sean historia. No te calles?, con información también en el primer día de clase de los nuevos alumnos como en la Feria de la Bienvenida prevista para el próximo jueves. 

Control policial en el ágora 

A pesar de que hay quienes consideran que esta tradición no debe perderse, pues no dejan de ser bromas sin ningún tipo de maldad, otros entienden que las novatadas se han transformado en un botellón más, donde el alcohol es la nota predominante, derivando siempre en vandalismo y violencia. 

El debate está servido pero no para la Policía Local, que desde hace años desaloja a los grupos de universitarios de la Plaza Mayor que se encuentren bebiendo alcohol en la calle, algo prohibido por la ordenanza municipal, además de ensuciar el ágora charra con el lanzamiento de huevos.

El Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España ha elaborado un manifiesto contra las novatadas. Además de estas medidas informativas, los colegios mayores y las universidades están implementando otras de carácter formativo, para ofrecer alternativas de integración que sustituyan las novatadas y, en los casos que fuera necesario, medidas disciplinarias y sancionadoras.

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