Si este año las administraciones repiten el adjetivo “flojo” para calificar las ventas de los boletos de Lotería de Navidad, con el número de participaciones impresas se echan literalmente las manos a la cabeza. Y es que este 2013 va camino de convertirse  en el año en el que menos participaciones se vendan. El motivo no es otro que las reformas que se han llevado a cabo desde el Ministerio de Hacienda. En ellas, además del nuevo gravamen del 20 por ciento para aquellos premios superiores a 2.500 euros, se ha elaborado una circular que limita bastante la venta de participaciones por parte de empresas y asociaciones.

En primer lugar, el fraccionamiento de los décimos en las participaciones con recargo deberá contar con una autorización previa por parte de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae). Posteriormente, se deberán depositar los boletos en una entidad bancaria, recibiendo el resguardo correspondiente. Los talonarios llevarán el sello de la entidad bancaria en cuestión y las participaciones tendrán numeración correlativa única.

En el caso de resultar premiada una de ellas, la entidad emisora en cuestión tendrá que identificar al portador de la papeleta, además de entregar en la Selae una relación detallada de los talonarios confeccionados, total de las participaciones que corresponden a cada uno y valor de las mismas, acompañada de una fotocopia del resguardo del depósito de los billetes. “Este año han fallado bastantes empresas porque no quieren líos”, señala el dueño de una de las administraciones de la ciudad. Ese es el sentir general de los loteros en este primer sorteo de la Lotería de Navidad con las nuevas reformas en vigor.

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