Una gran mayoría de viajeros han decidido no abonar el precio de la entrada porque lo han considerado excesivo, “no hay dinero para nada, por lo tanto no podemos permitirnos derrochar tanto aquí, no es justo que cobren esa cantidad por entrar a ver algo tan bonito. Deberían proteger al turismo porque esta ciudad vive de él” afirma un matrimonio de jubilados que finalmente ha decidido no entrar.
Otra pareja de visitantes se mostraba molesta porque “la Iglesia tiene mucho dinero, y parte de él debe invertirse en cuidar estos edificios. Además, muchos de ellos cuentan con subvenciones públicas así que ya estamos pagándoles lo suficiente”. Estos turistas han lamentado que se haya tomado esta medida y se han negado a entrar alegando que “en nuestra ciudad, Cáceres, también hay muchos monumentos y edificios, tan bonitos como este e igual de dignos de ver, y no se paga nada excepto en algún evento o caso excepcional”.
Por otro lado, algunos viajeros han decidido entrar porque creían indispensable visitar un edificio tan emblemático en la ciudad aunque se han manifestado molestos por el precio de la entrada “venimos por fe, además, no nos podemos ir de Salamanca sin ver la catedral, pero el precio es excesivo, debería ser una cantidad simbólica o dejar que cada uno dejase un precio voluntario”.
Excepciones para la entrada gratuita
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