Que Salamanca es una provincia envejecida no es una novedad. Con 362 municipios, la mayoría con menos de doscientos habitantes, la sangría demográfica se antoja como una constante desde hace ya dos décadas. Sin embargo, el fantasma de la despoblación no cesa y la zona oeste del territorio charro se afianza como la zona más envejecida no sólo de Castilla y León, sino de toda España.

Así lo muestra el informe 'Datos Económicos y Sociales de las Unidades Territoriales de España', editado por Caja España-Duero. La primera conclusión es que en la mayoría de los municipios de las comarcas de Vitigudino y Ciudad Rodrigo, salvo los núcleos cabecera y grandes poblaciones como Lumbrales y Fuentes de Oñoro, la mitad de los habitantes tiene más de 64 años.

Población envejecida que además no es autosuficiente, pues la tasa de dependencia es el doble que la media regional y nacional. La tasa media de esta zona oeste ronde el 115, cuando en Castilla y León es del 52 y en España el 46. Es decir, que por cada persona de entre 15 y 64 años hay más de un anciano. En algunos pueblos como La Alameda de Gardón esta tasa asciende a 183.

Lo mismo ocurre con la tasa de envejecimiento, también el doble de las demás medias. El 50 por ciento, frente al 22 en Castilla y León y el 16 en España, a lo que se añade una ínfima maternidad, en torno al 10 por ciento de media en estos pueblos, frente al 17 autonómico y el 21 nacional.

Todas estas cifras dejan un futuro nada halagüeño para el oeste de la provincia de Salamanca. Apenas hay generaciones de reemplazo, un 30 por ciento, frente a la garantía del cien por cien en Castilla y León y el 120 en España. Es decir, por cada diez personas de entre 55 y 64 años, a punto de jubilarse durante la próxima década, apenas hay tres jóvenes de entre 20 y 29 años, en su mejor edad para trabajar.

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