Quienes viven por allí aseguran que ya era hora de urbanizar el solar, y manifiestan su descontento con la anterior situación, que convertía el terreno, según dicen, en un aparcamiento masivo con consecuencias nocivas tanto higiénicas como estéticas. Opinan que la construcción de nuevos pisos es sin duda algo beneficioso para todos los vecinos, que traerá un nuevo ambiente mejorado.
Sin embargo, insisten en el problema del aparcamiento, alegando que no saben cómo se buscarán la vida ahora los conductores. La solución que proponen es clara: apoyan la construcción de un aparcamiento subterráneo que ofrezca a quienes lo requieran una plaza de garaje en condiciones, y al mismo tiempo evite el panorama que los vecinos llevan años contemplando en el solar.
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