No es común que una cafetería sea fuente continua de conflictos pero un establecimiento del pasaje Coliseum de la Plaza Mayor lo es. La última ha ocurrido este pasado fin de semana en el Ambigú hasta donde tuvieron que desplazarse seis dotaciones policiales ante las continuas quejas de los vecinos. ?Es una vergüenza este tipo de situaciones en pleno centro de Salamanca, al lado de la Plaza Mayor?, manifestaba uno de ellos este mismo domingo.

Esto ha llevado a que el tema vuelva a ser tratado en la Comisión de Policía, Tráfico y Transporte en la que el jefe de la Policía Local recordó que se está actuando en todo momento para controlar que la actividad del local se reduzca a la licencia que tienen contratada, la de cafetería, pese a que sea conocido por un establecimiento de ocio nocturno en el que continuar la fiesta una vez que cierran las discotecas.

Esta condición de cafetería la consiguió después de que caducara su anterior licencia de ?after? y el Ayuntamiento decidiera no renovarla ante los sucesos que ocurrían asiduamente en este. De esta manera, el establecimiento no podría contar con equipos de música, que se encuentran precintados, y aunque se mantiene abierto, lo hace como el resto de cafeterías de Salamanca, sin música alta.

Esto no ha provocado, sin embargo, que los que quieran continuar la fiesta sigan acudiendo a este pasaje para seguir aumentando las molestias entre los vecinos, como así han denunciado. Todo por las consecuencias derivadas de este ?after?, donde la fiesta de los fines de semana deja una madrugada de domingo con olor a pis, cristales de botellas o vasos? También en la que, quizás por el consumo de alcohol y otras sustancias, las agresiones, peleas y excesivas voces suelen ser una constante teniendo que personarse Policía Local y Policía Nacional de manera casi habitual.

Los vecinos piden que de alguna manera se pueda dar solución para poder controlar este tipo de situaciones porque, como han asegurado, no les es de buen gusto amanecer todos los domingos con la policía en su calle y tener que ser testigos directos de borracheras o de agresiones físicas y exceso de ruido de los jóvenes, impidiendo su descanso. 

Expediente sancionador

Estos hechos le han llevado al local a contar con un expediente sancionador por parte del Ayuntamiento al no respetar la licencia que tienen contratada en alguna ocasión. Incluso antes del cambio de licencia, ya se tuvo que desalojar en alguna ocasión después de superar el aforo y el horario de cierre.

No hace tanto, este verano, también hubo otro tipo de problemas más allá de las peleas, cristales, ruidos y malos olores. La Policía Local tuvo que interceptar en julio a un conductor drogado que, después de circular por las calles peatonales de forma antirreglamentaria, aparcó junto al ?after? para continuar la fiesta, aunque los agentes finalmente no se lo permitieron, realizándole la prueba de drogas y remolcando el coche. 

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