Tras jubilarse en el año 93, mientras disfrutaba de su tiempo libre, un buen amigo le invitó a tomar café a la asociación de la que hoy, es presidente provincial: una pieza fundamental en los engranajes de más de 56.000 jubilados inscritos en la comunidad. La fundación en la que empeña su vida emergió en 1988, cinco años antes de su llegada, cuando tan solo había unas pocas organizaciones como esta en todo el panorama. Actualmente, el número de agrupaciones de jubilados y pensionistas ha crecido considerablemente, llegando a casi las 300 en todo el país, a la cabeza de toda Europa.
 
Aunque sus objetivos siempre han sido los mismos: mejorar la calidad de vida de las personas mayores y favorecer, en lo posible, al envejecimiento activo, Marcial cuenta que sus labores se extrapolan más allá de la ciudad charra, a diversos pueblos de alrededor cuyo impulso es importante para los mayores, debido a que no encuentran distracciones tan fácilmente: “Salamanca es una ciudad grande y te puedes entretener con cualquier escaparate”, destaca Marcial, que continúa argumentando que las pequeñas villas de la comarca carecen de elementos ociosos para los más mayores.
 
La salud es un principio fundamental en la sociedad de bienestar, más para las personas mayores, que son las que sufren los achaques de la edad. Aunque necesarias, nuestro protagonista no está de acuerdo con las medidas tomadas por el gobierno, en lo referente al copago farmacéutico, que afecta directamente a la economía de los pensionistas y les hace llegar justos a fin de mes. 
 
Cree que los políticos deberían darse cuenta de que sus sueldos también son un problema para la sociedad, y que “deberían empezar por ahí, por ejemplo con los senadores“, refiriéndose a la disminución de los sueldos en los cargos prescindibles del sistema. Así, recuerda que en su día formó parte de la Diputación, cobrando 15.000 pesetas al mes, cuando ahora “los sueldos superan las 600.000 pesetas de antes, haciendo no mucho más que un funcionario, que gana la cuarta parte que el político”.
 
Con la crisis, el máximo responsable de esta fundación ha notado considerablemente la disminución en los servicios en lo que a ayudas se refiere. Esto ha propiciado problemas internos porque la Junta de Castilla y León aún no ha presentado los presupuestos y, por parte de la institución, todavía no se conoce la cantidad exacta que le van a conceder para este nuevo curso. Aun así, Marcial expresa su optimismo hacia los tiempos venideros y retoma cada día, con más fuerza si cabe, sus quehaceres para mejorar la vida de los que, un día, dejaron de trabajar y ahora quieren pasar unos años de descanso activo. 

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