Este fluido es básico para la prevención de estas enfermedades, ya que ejerce un efecto de protección antibacteriana sobre los dientes, al arrastrar los restos de comida que quedan en la boca gracias a su PH alcalino y a su capacidad tampón. Además, neutraliza los ácidos producidos por la placa bacteriana y aporta a los dientes el calcio y fosfato que necesitan para su proceso de “remineralización”. Por otra parte, si la pérdida de saliva es un síntoma de la enfermedad en sí mismo, la ingesta de algunos fármacos antidepresivos, la incrementa. Por ejemplo, la nortriptilina produce una inhibición del 56% de la producción de saliva total no estimulada, la fenoxetina del 34 % y la mianserina del 29%.
El doctor Gustavo Camañas, director médico de Vitaldent, recuerda que “otro síntoma principal de la depresión es la pérdida de motivación para la realización de tareas cotidianas, entre las que se incluye el cuidado de la higiene bucodental básico, como el depillado diario, el uso del hilo dental, o del enjuague bucal. Otra de las consecuencias es que las personas con depresión también espacian las visitas al odontólogo, limitándolas en muchos casos a cuando el dolor no les permite actuar de otra manera”. Sin embargo, los expertos de Fundación Vitaldent recuerdan a las personas que sufren este trastorno, que no sólo no deberían descuidar su higiene bucal, si no que deberían incrementarla, ya que forman parte de un colectivo más vulnerable ante este tipo de enfermedades.
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