Según los datos del Banco Mundial, Perú es el segundo país de América Latina que más ha crecido en materia económica desde el 2002, sólo superado por Bolivia, con un promedio del 8,8 por ciento. Tanto es así que las cuentas del gobierno se han saneado bastante y se ha reducido la deuda pública, sirviendo todo esto para que en los últimos años las agencias de calificación de créditos internacionales le hayan otorgado el grado de inversión.
No obstante, ese crecimiento no impide que muchos peruanos se vean obligados a emigrar, especialmente hacia tierra europeas. Es el caso de nuestra protagonista de esta semana, Stephany Casildo, de 24 años y que va camino de cumplir su cuarta temporada en Salamanca.
Durante estos más de tres años, ha podido ver el cambio que se ha producido de cara a la situación de los extranjeros y asegura que antes había más ventajas y propuestas de trabajo, pero que hoy en día apenas hay variedad. En la actualidad, está como asistenta al cuidado de una persona mayor.
En líneas generales, ve muy difícil la salida de la crisis que atraviesa España y apela a la inteligencia y al esfuerzo para poder levantar el país. Además, apunta a los ricos como los próximos destinatarios a los que el gobierno debería hacer recortes.
A pesar de la situación de crecimiento de su país de origen, Stephany asegura que el contraste entre ambos países es notable. “Una de las diferencias es que en Perú hay mucho clasismo, unos son muy ricos y otros muy pobres, en cambio en España se vive de una manera más equilibrada, hay muchas ayudas, muchas maneras de salir adelante y muchos más derechos para los trabajadores”, señala. Con los datos del Banco Mundial en la mano, la pobreza del estado sudamericano está disminuyendo, aunque continúa siendo desigual en términos geográficos, ya que algunas regiones exhiben tasas de pobreza por encima del 60 por ciento.
Finalmente, esta peruana termina su relato comparativo aseverando que “sin lugar a dudas, el nivel de seguridad es mucho mejor aquí”.
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