Uno de los puntos calientes de la huelga general es el sector del comercio. Por este motivo, los piquetes sindicales se han dirigido a los supermercados para evitar su apertura, como así ocurrió en el hipermercado Carrefour, en la zona de Capuchinos. El centro comercial abrió a las diez de la mañana, pero al momento se presentaron en sus puertas cerca de un centenar de personas para forzar el cierre.

El dispositivo de la Policía Nacional evitó que el piquete lograra su pretensión de entrar dentro del hipermercado. Se vivieron entonces momentos de tensión, con empujones, gritos, tiras y afloja que se fueron amainando cuando desde el Carrefour se decidió echar el cierre y bajar la trapa. Los manifestantes se disolvieron pasadas las once de la mañana sin que se registraran mayores incidentes.

Posteriormente, los sindicatos se dirigieron hasta El Corte Inglés, donde también había una fuerte presencia policial. Allí los piquetes quisieron entrar en el centro comercial, pero no lo consiguieron, abucheando a los clientes que entraban al centro comercial. Desde la dirección del establecimiento se decidió bajar la trapa momentáneamente, por lo que los piquetes se disolvieron, pero volvieron a abrir minutos después. Ante esta situación, los manifestantes regresaron a las dos de la tarde, cuando, ante una fuerte presencia policial, consiguieron que El Corte Inglés bajara las trapas, evitando así que hubiera altercados.

Por su parte, los centros comerciales de Vialia y El Tormes han funcionado con normalidad durante toda la mañana, evitando la presencia de piquetes sindicales para fomentar el cierre de locales y el apoyo a la huelga general. Tan sólo una de las 81 empresas decidió cerrar en El Tormes. Finalmente, el Mercado Central abrió con total normalidad pero la falta de provisiones, debido a la incidencia de la huelga en el transporte, pasó factura a muchos de los puestos.

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