"El personal de las prisiones en Castilla y León trabaja por debajo de los mínimos legales y el Ministerio no parece que vaya a hacer nada para remediarlo". Así de tajante se ha mostrado la futura coordinadora de Prisiones de CCOO Castilla y León, María Victoria Gómez Blanco. Junto con el actual coordinador, Teo Movilla, han expuesto la situación de los centros penitenciarios, entre ellos el de Topas, ?aquejados de una falta de personal muy importante, que será más acuciante cuando la reforma del Código Penal que proyecta el Gobierno entre en vigor?.

La conversión de algunas faltas en delitos, la prisión permanente revisable o la incorporación de nuevas figuras delictivas que propone el Gobierno del PP en la reforma del Código Penal y de la Ley de Seguridad Ciudadana ?volverán a llenar las cárceles?, según las previsiones de CCOO. El sindicato añade que, mientras, el número de funcionarios que se encargan de su vigilancia no hace sino disminuir.

En este sentido, Teo Movilla ha asegurado que no se trata de una privatización para recolocar a los escoltas sin empleo, ?ya que sólo el 30% de las plazas convocadas (254 en 2013 y 540 en 2014) han sido para antiguos escoltas?. Por su parte, María Victoria Gómez ha señalado que junto con los vigilantes privados siguen ocupándose de la vigilancia exterior los efectivos de la policía y de la guardia civil que lo hacían anteriormente.

Mientras tanto en el interior de las prisiones, donde verdaderamente es necesario contar con personal suficiente, cada vez hay menos efectivos ya que no se reponen los puestos de trabajo que quedan vacantes. Los representantes de CCOO han cuantificado en casi 2.600 las plazas vacantes en nuestro país, de las que, en 2014, sólo se convocaron 70. En Castilla y León faltan unos 250 funcionarios para cubrir las plantillas. Por eso, los sindicalistas han denunciado que ?en ocasiones entrar a trabajar en el turno 14 de los 16 empleados públicos que prescribe la ley que deben tener tareas de vigilancia?.

Los representantes de CCOO han asegurado que esta falta de personal va en detrimento de la seguridad de los internos y de la propia seguridad de los trabajadores y trabajadoras que ?tenemos que trabajar en un entorno hostil cada vez con menos medios?. Así han augurado un incremento de la inseguridad interna que ya se está notando en las prisiones con unas 50 o 60 agresiones anuales en las prisiones de Castilla y León y 329 en todo el Estados durante 2013, muy por encima de los registros anteriores. En su opinión, la inseguridad crecerá también si sube la masificación penitenciaria y en el momento en el que se apruebe la prisión permanente ?cuando los presos no tengan ya nada que perder porque no podrán gozar de privilegios por buen comportamiento?.

En Castilla y León hay actualmente unos 5.000 presos y presas que están en los 3 centros tipo que existen, Mansilla de las Mulas en León, Dueñas en Palencia y Topas en Salamanca; y en las prisiones de Valladolid, Burgos, Segovia, Avila y Soria. Además existen Centros de Inserción Social, donde la población reclusa pasa la última parte de su condena en espera de reinsertarse en la vida normal, en Zamora, Salamanca, Valladolid, Burgos, Segovia y León. 

 

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