Las cuatro autovías que se convertirán en autopistas de pago a partir del próximo jueves en Portugal, tres de ellas fronterizas con España, tendrán un coste para los turismos de entre 11 y 19 euros por trayecto completo. La transformación de estas antiguas ‘SCUT’, acrónimo en portugués de ‘sin coste para el usuario’, en carreteras con peajes se inscribe en un contexto de fuerte crisis en Portugal, cuyo Gobierno ha tenido que lanzar nuevas medidas para incrementar los ingresos públicos y recortar de forma significativa el gasto.

El Ejecutivo luso ha fijado para los 173 kilómetros de la A-25, desde Salamanca a Aveiro, un peaje de al menos 15,65 euros. Por utilizar los 178 kilómetros de la A-23, situada en la región del Alentejo será necesario desembolsar 19,3 euros. Los usuarios de la autovía A-24, que conecta a Galicia con Portugal por Verín, pagarán 14 euros. Por transitar por los 130 kilómetros de la autovía A-22, que une la zona turística del Algarve con Andalucía, se pagará 11,6 euros.

La conversión de las antiguas ‘SCUT’ comenzó el pasado año cuando el Gobierno portugués introdujo peajes en las tres autopistas del norte del país, que conectan con Galicia. Los peajes han suscitado controversia en España y Portugal, y ya han manifestado su rechazo asociaciones de usuarios, transportistas, empresas y autoridades municipales de ambos lados de la frontera.

Además, el sistema de cobro de estos peajes es electrónico y no permite el pago en metálico ni con tarjeta, lo que supone una dificultad añadida para los turistas extranjeros, que deben elegir entre adquirir una tarjeta prepago asociada a su matrícula o alquilar el dispositivo que utilizan los conductores portugueses. 

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