Hubo un tiempo en que la noche salmantina era un hervidero de jóvenes cada día de la semana. No importaba cuándo, ni en qué época, aunque fuera invierno con grados bajo cero, siempre había gente de fiesta. Pero los tiempos pasan y la crisis también hace mella en los bolsillos de los juerguistas. Pese a prácticas como la 'hora feliz' y nuevas estrategias comerciales, los pubs y discotecas están registrando un importante descenso en el número de clientes. Por eso, muchos se plantean cerrar de domingo a miércoles para abrir sólo jueves, viernes y sábado, cuando la marcha se mantiene.

Y es que donde antes era normal encontrar clientes a todas horas, difícilmente ahora es posible ver más de una decena de personas en toda la noche, con el gasto que conlleva en electricidad y el sueldo de los camareros. De ahí que algunos empresarios estén haciendo cuentas y les sea más rentable tener cerradas las puertas de sus locales durante las noches de las jornadas laborables, dado el descenso de estudiantes que optan por salir de fiesta, prefiriendo ahora los botellones en casa.

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