La quinta parte de los salmantinos vive en riesgo de pobreza y exclusión social, según se desprende del informe 'El Estado de la Pobreza. Seguimiento del Indicador de Riesgo de Pobreza y Exclusión Social en España 2009-2013', que ha presentado la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza (EAPN-España).

Las cifras actuales indican que la pobreza y la exclusión social afectan ya a un 27% de la población en España, con importantes diferencias entre comunidades autónomas. Navarra, País Vasco y Aragón tienen tasas inferiores al 20 %, y Canarias Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía entre el 35% y el 39%.

El informe distingue entre población bajo el umbral de la pobreza, con privación material severa y con baja intensidad de trabajo por hogar. Se consideran en riesgo de pobreza las personas que viven en hogares con una renta inferior al 60% de la mediana de la renta nacional equivalente. Para el año 2013, la mediana de renta equivalente es de 13.523 euros, por lo cual, el umbral del pobreza se fija en 8.114,2 euros. Todas las personas con una renta equivalente inferior a esa cifra se consideran pobres.  

Por su parte, la población con privación material severa agrupa a personas que viven en hogares en los que no pueden permitirse cuatro de nueve ítems de consumo básico definidos a nivel europeo: pagar la hipoteca, alquiler o letras; mantener la vivienda a temperatura adecuada en invierno; permitirse unas vacaciones de, al menos, una semana al año; permitirse una comida de carne, pollo o pescado, cada dos días; capacidad para afrontar gastos imprevistos; disponer de teléfono; disponer de televisión en color; disponer de lavadora; y disponer de coche.  

Mientras, la población con baja intensidad de trabajo por hogar se define como la relación entre el número de meses trabajados por todos los miembros del hogar y el número total de meses que, en teoría, podrían trabajar todos los miembros en edad de trabajar. El indicador comprende a las personas de 0 a 59 años que viven en hogares con una intensidad de empleo inferior al 0,24. 

La Privación Material Severa ha aumentado un 38%, lo que se traduce en más personas con dificultades para alimentarse adecuadamente, más hogares donde se retrasa el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, más personas que no pueden mantener su vivienda a la temperatura adecuada ni tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos

En conclusión, el aumento de la desigualdad que muestran todos los indicadores revela que la crisis ha golpeado con mayor dureza a la clase media y a los grupos sociales más desfavorecidos, demostrando la debilidad de las políticas sociales implementadas, así como la no correlación directa entre crecimiento de PIB y disminución de la pobreza.

 

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