El programa universitario europeo Erasmus cumple 25 años con la espada de Damocles sobre su futuro. Los días de esta beca de estudios tanto para jóvenes extranjeros en España como para españoles que salen hacia universidades europeas puede tener los días contados. La crisis económica planea un programa que ha facilitado a los jóvenes completar su formación en otro país, aprender otro idioma y desarrollar su capacidad de adaptación, y gracias a todo ello mejorar su perfil laboral. Un recorte que también afecta a la economía salmantina, con una fuerte base en la riqueza que generan los estudiantes de la Universidad de Salamanca.
Los estudiantes españoles que se han acogido este año al programa Erasmus contaron cada uno con 255 euros al mes, que proceden de la Agencia Nacional Erasmus (105 euros), y de la contribución del Ministerio de Educación al fomento del programa (otros 150 euros). Por el contrario, quienes llegan a España cuentan con una ayuda en torno a los 200 euros. De esta forma, las estancias están sufragadas en gran parte por el apoyo de los padres o por el trabajo y los recursos de los propios estudiantes, lo que supone una fuente de ingresos muy importante para Salamanca.
Según cifras oficiales, los más de 25.000 estudiantes de Erasmus en España se gastan al año unos 135 millones de euros, lo que arroja una media de 5.400 euros por alumno, unos 900 euros al mes teniendo en cuenta que la estancia media es de seis meses. La Universidad de Salamanca y la Universidad Pontificia acogen al año unos 2.000 estudiantes de Erasmus, por lo que los recortes en estas becas o su eliminación ponen en peligro 1,8 millones de euros al mes de ingresos para la ciudad.
Del Erasmus pueden beneficiarse los estudiantes matriculados en un centro de educación superior participante en cualquiera de los 33 países que lo integran, y que son los Veintisiete de la Unión más Croacia, Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Turquía. Erasmus forma parte del Programa de Aprendizaje Permanente (PAP) de la UE y supone más del 40% de su presupuesto, mientras que el restante se divide entre otros como el Leonardo da Vinci de educación y formación profesionales, que se lleva el 25%.
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