El coordinador provincial de Izquierda Unida (IU), Domingo Benito, y el candidato salmantino en la lista de Izquierda Plural para las elecciones europeas, Honorio Cardoso, han realizado este martes una valoración sobre los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), realizando varias propuestas para fomentar el empleo y reducir la deuda pública.

"Pese a lo que diga el Gobierno, el paro sigue manteniendo la misma tendencia, no hay recuperación y ni mucho menos va sobre ruedas. Cuando las cifras son malas, no hay forma de maquillarlas", afirmó Domingo Benido, ya añadió: "Son unas cifras escandalosas, a este ritmo habremos solucionado el paro en ochocientos años". Y es que, con 37.100 desempleados, cifra récord, tres mil ocupados menos y 14.100 familias con todos sus miembros en paro, también cifra récord, "Salamanca queda en una situación social insostenible, la situación es desastrosa y hay que dar un giro político, porque esto es el resultado de unas políticas de austeridad por la deuda".

Al respecto, Honorio Cardoso argumentó que luchar contra el paro exige medidas que garanticen más recursos, como una redistribución de la carga fiscal, que "no supone pagar más impuestos, sino que quienes más tienen más paguen". También una reforma del sistema financiero, con un papel de garante del Banco Central Europeo sobre los bancos de cada país, en lugar de financiar a bancos privados, como ocurre ahora. Y una reindustrialización de Europa a partir de investigación y desarrollo. "Pero esto es imposible con la deuda que tenemos, no puede ser el primer objetivo", añadió.

Y es que, continuó Cardoso, "los ciudadanos no somos los culpables de esa deuda y no tememos por qué pagarla". De ahí que proponga una auditoría para diferencias las deudas reales de las denominadas 'deudas odiosas', para las que el Derecho Internacional recoge impagos. "La historia está llena de ellos", apostilló, poniendo como ejemplo que "si Alemania tuviera que pagar sus deudas tras la Guerra Mundial aún debería 166.000 millones de euros". A ello se añadiría una refinanciación de la deuda legítima de cada Estado.

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