La falta de oportunidades laborales ha obligado a muchos salmantinos a emigrar a otras provincias en busca de un trabajo, pero también al extranjero, sobre todo jóvenes recién titulados en la Universidad. Durante este lustro desde que estalló la burbuja inmobiliaria Salamanca ha envejecido notablemente, registrando 10.338 jóvenes menos, mientras los mayores de 65 años se han incrementado en 2.959 personas.
 
En agosto de 2007 había cinco mil jóvenes más que mayores. Ahora las tornas han cambiado y son ocho mil ancianos más que jóvenes. Así lo muestran los datos del padrón de Salamanca publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pues en 2007 había 87.601 jóvenes de entre 15 y 35 años, frente a los 77.263 en de 2012. De esta forma, son cinco jóvenes menos cada día durante el último lustro. En cambio, la cifra de mayores ha pasado de 82.389 a 85.348 personas, pues Salamanca es la provincia de España con mayor esperanza de vida, sobre todo en mujeres.
 
En total, la provincia de Salamanca ha perdido 1.200 habitantes, al pasar de 351.326 a 350.195. Y es que hasta el año 2011 ha realizado un movimiento de acordeón, contrayéndose y estirándose en función de la población inmigrante, pero la crisis también pasa factura a los extranjeros y muchos han decidido regresar a sus países de origen. De ahí que sólo en el último año se hayan perdido 2.700 habitantes empadronados en Salamanca. 
 
No hay suficientes jóvenes para cubrir el espacio que dejen los mayores cuando fallezcan
 
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el padrón actualizado a 1 de enero de 2012 constatan la situación demográfica de Salamanca. Todo ello provoca que la brecha entre la población infantil y los mayores de 65 años haya aumentado durante la última década. 
 
En el año 2000 había 59.530 salmantinos menores de 18 años y 79.226 en edad de jubilación. El pasado mes de enero eran 57.427 y 85.896, respectivamente. Este incremento se debe a una mayor esperanza de vida, situando a los españoles entre los más longevos del mundo, sobre todo las salmantinas. De hecho, el incremento de la tercera edad se debe a los mayores de 85 años, que pasaron de 10.798 hace una década a 14.919 en la actualidad.
 
De esta forma, la tasa de reemplazo es una de las más bajas del país, veinte puntos por debajo de la media nacional. Es decir, que no hay suficientes jóvenes para cubrir el espacio que dejen los mayores cuando fallezcan, situando a la provincia de Salamanca con un complicado futuro generacional. Así, esta tasa mide la población joven de entre 20 y 29 años que hay con relación a la población antes de jubilarse, entre los 55 y 65 años.

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