Con los refugiados nuevamente sobre la mesa después del anuncio de la nueva Cumbre extraordinaria que tendrá lugar a principios de marzo entre la Unión Europea y Turquía, los países siguen posicionándose. España ya anunció que acogería a 17.000 refugiados, aunque solo hayan llegado veinte hasta la fecha, tal y como se denunció en la mesa abierta celebrada en la Casa de las Conchas el sábado por la tarde que recibió el nombre de 'Tierra de nadie'. 

En este sentido, Austria ha anunciado recientemente su decisión de reducir a solo 80 el número de solicitudes al día, algo que no ha sentado bien a parte de sus socios europeos. Sin embargo, son varios los datos de otros países que resultan preocupantes para el futuro del problema. Bélgica marca a sus refugiados con tinta indeleble y los países nórdicos están expulsándolo. El objetivo, según recordaba Ángela Merkel esta misma semana, es llegar a un acuerdo amplio, reducir el número de refugiados y combatir a las mafias. 

La realidad, sin embargo, es que desde la famosa foto de Aylan en la playa, ha habido 400 niños más muertos que se hayan conocido y otros diez mil del que se desconoce el paradero. Además, son ya 400 los ahogados solo en 2016 mientras grupos de extrema derecha se dedican a apalearlos en los campos en los que se encuentran. Todos son datos cifrados en la jornada celebrada en la Casa de las Conchas. 

Mientras el mundo sigue peleándose por cuántos refugiados acoge, Salamanca se preparó durante enero para su posible llegada. El Ayuntamiento de Salamanca, la Diputación Provincial, Cruz Roja, ACCEM y Cáritas acordaron un plan de trabajo para garantizar la acogida e integración de los refugiados de la guerra de Siria. Este protocolo de actuación se enmarca en el Pacto Institucional y Provincial suscrito por las cinco instituciones y ONGs y no supone merma alguna en la ayuda al resto de personas en dificultad.

El programa de trabajo se divide en dos fases: acogida e integración. En la primera fase está previsto un alojamiento temporal en el albergue municipal Lazarillo de Tormes, donde las personas acogidas permanecerán como máximo una semana para posteriormente pasar a residir en una vivienda. 

En esta fase se realizará también una evaluación de las necesidades, se tramitarán las ayudas necesarias para alimentación, farmacia y se gestionará la documentación administrativa pertinente, como empadronamiento, tarjeta sanitaria o escolarización, a la vez que se prestará atención psicológica o jurídica. 

En la fase de integración, está previsto elaborar un proyecto individualizado de intervención, que incluye información, orientación y asesoramiento; derivación a los recursos existentes, como cursos de aprendizaje del español o formación para el empleo.  Se realizará también un seguimiento y una valoración final. 

A la espera de lo que decida el Ministerio

Estas actuaciones se enmarcan en el Programa Global de Protección Internacional del Ministerio de Empleo, que es el organismo competente en España para los Procesos de Acogida e Integración de las personas acogidas. El fin último es ofrecer una respuesta integral, adecuada y normalizada a las necesidades de estas familias para facilitar su integración en Salamanca. 

Tanto las ONG como las instituciones reiteran que Salamanca, ciudad y provincia tiene la capacidad suficiente para garantizar una acogida digna a refugiados e insisten en la colaboración y coordinación no sólo local y provincial, concretada en este Pacto Institucional, sino también con la Junta de Castilla y León, el Gobierno de España y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).  Está abierto, además, a otras organizaciones y personas que estén interesadas en colaborar y aportar sus recursos para que las personas afectadas encuentren en Salamanca su nuevo hogar. 

 

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