Salamanca se ha convertido en la ciudad en la que todos se han fijado para poner freno a una actividad cada vez más vista en territorio nacional. El pleno del Ayuntamiento aprobó el pasado 6 de noviembre una discutida ordenanza municipal contra los excesos en la capital por parte de los cientos de grupos que acuden cada año a celebrar una fiesta cada vez más común y que en 2015 está cifrada en unas 30.000 citas en el conjunto de España. Los gestos indecorosos de varios de estos grupos, así como ciertos vídeos que trascendieron en diferentes bares de la localidad en las que se podían ver actuaciones de marcado carácter sexual obligaron al Ayuntamiento a cortar de raíz el problema, aunque no la celebración de las despedidas.

Así, después de enmiendas de los partidos de la oposición para perjudicar lo menor posible a músicos callejeros, entre otras cosas, se aprobó una medida que se ha ido impulsando en otras partes de España durante el último año. En realidad, se trató de una modificación de la Ordenanza Municipal para la Protección de la Convivencia Ciudadana con el objetivo principal de evitar actitudes que puedan atentar contra la dignidad de las personas como disfraces inapropiados o la utilización de megáfonos que puedan perturbar el descanso de los salmantinos.

Estas medidas, total o parcialmente, han sido implementadas por otros ayuntamientos de ciudades que también reciben numerosas despedidas de soltería durante el año. Localidades más pequeñas y playeras como Conil, Mojácar o Tarifa han seguido los pasos de Salamanca. La primera, gobernada por Izquierda Unida, lo hizo poco después con un control férreo a los organizadores de las celebraciones y a los establecimientos que las acogen, de manera que a las multas por ruido y escándalos, se sumó la puesta en conocimiento de la Agencia Tributaria los hechos para comprobar los contratos de alquiler.

En Mojácar, cuya alcaldesa es del Partido Popular, también se le puso coto a las despedidas de soltería, aunque no las prohibió. El objetivo era que se compatibilizasen con la vida familiar de manera que no se pudiera pasear desnudo o semidesnudo, como en Salamanca, así como con disfraces que puedan atentar contra la dignidad de las personas o tengan un contenido xenófobo, racista, sexual o religioso, entre otras cosas, salvo en carnavales.

La última ha sido Tarifa, cuyo Ayuntamiento gobernado por el PSOE ha anunciado este agosto que tomará ?medidas contundentes? contra el incivismo que suponen los gritos o los daños en la vía pública y a los ciudadanos de la localidad.

En capitales de provincia

A estas localidades de verano también se han sumado otras capitales de provincia de interior, como Salamanca. En Logroño y Zaragoza, por ejemplo, las despedidas de soltero no pueden estar acompañadas de charangas. La capital de La Rioja, además, estudia una moción presentada por el PSOE contra estos actos incívicos con una mayor presencia policial en las zonas más características como La Laurel y la San Juan. Bares y establecimientos hosteleros en estas calles, de hecho, ya no permitían la entrada a estos grupos indecorosos anteriormente, algo que también se ha ido desarrollando en Salamanca.

La pelea también se ha vivido en Granada en el último año. Ahora, el PSOE, que gobierna en la ciudad, ya ha anunciado que se controlará de manera especial las despedidas de soltería que atenten contra la Ordenanza de Convivencia. Más control policial y ?mano dura? ha prometido también el concejal de Ahora Madrid Jorge García Castaño para que los vecinos puedan disfrutar de la capital de España frente a grupos que la entorpecen.

Aunque no sea capital de provincia, en Gijón, otra de las ciudades que acogen una gran cantidad de despedidas de soltería y donde recientemente falleció un novio al caer de un quinto piso, el Grupo Municipal de Ciudadanos presentará enmiendas a la actual Ordenanza de Convivencia Ciudadana para evitar precisamente sucesos como los que han venido ocurriendo. Entre estas también se encuentra la de una mayor presencia policial.

El caso de Tossa de Mar

La localidad gerundense ya promovió en 2014 la modificación de la Ordenanza de Civismo y Convivencia Ciudadana con el objetivo de tener un mayor control sobre las despedidas de soltería. De esta manera, en Tossa de Mar se prohíben directamente las despedidas de soltero que molesten a los vecinos y turistas en los espacios públicos.

De hecho, para poder celebrar la despedida de soltero o soltera en el municipio será preceptiva la petición anterior y recibir la autorización del Ayuntamiento. Esta medida está impuesta para las empresas dedicadas a este negocio, que deben presentar el tipo de actividades a desarrollar o nombrar un responsable, entre otras cosas.

Una vez realizado este trámite y aprobado el mismo, es la Policía Local la encargada de comprobar que se cumplen las actividades anunciadas. En el caso de que se realicen actividades en la vía pública no permitidas habrá una sanción que, además, se endurecerá si producen molestias.

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