Ya en la última campaña electoral ha sido un tema recurrente. La despoblación de Salamanca sigue acuciándose entre los más jóvenes que, según los datos que aporta el Instituto Nacional de Estadística, se están yendo a otras provincias españolas. Durante 2015, Salamanca perdió solo en migraciones interiores 1.439 personas en total, de los que más de dos tercios se corresponden a los que se encuentran entre los 20 y los 39 años.

En concreto, en este amplio grupo de edad estarían 1.124 de esos 1.439 en la que los jóvenes correspondidos entre los 25 y los 29 es donde Salamanca pierde más habitantes. De esta manera, en ese grupo de edad, la provincia cae en 443 personas, seguidos por los que entrarían dentro de los 30 a los 34, con 334. Además, de 20 a 24 años, durante el último año se fueron 182 personas y de los 35 a los 39, 165. En todos los casos se realiza restando la diferencia de los recibidos y los que se van.

Solo en estos cuatro casos se supera la centena, ya que, aunque en la mayoría de los grupos de edad también se pierde gente, se hace en menor cuantía. De 0 a 4 años fueron 51 las personas que se perdieron en Salamanca, mientras que de 5 a 9 y de 10 a 14, 20 en cada caso. Salamanca, además, cuenta con 44 personas menos.

A partir de los 40 años se ralentiza la pérdida de personas y hasta los 59 años habrá en la provincia charra un total de 152 personas menos, divididos en grupos de edad de cinco en cinco años en 82, 33, 26 y 13, respectivamente. Es a partir de los 60 cuando Salamanca gana habitantes. En concreto lo hace en 21 entre los 60 y los 64 y en 42, entre los 65 y los 69. También suma dos personas entre los 70 y los 74 años.

Desde los 75, sin embargo, el saldo migratorio interior volvió a ser negativo durante 2015 en todos los grupos de edad cayendo en 22 personas hasta los 79 años y en 13, desde los 80 hasta los 84. También entre los 85 y los 89 años se perdieron 33 habitantes, hasta los 94, 20, y, por último, de 95 a los 99, tres.  

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