Aunque el Ministerio de Empleo y Seguridad Social muestra números, en un principio, favorables, los ciudadanos se manifiestan pesimistas ante la mejoría. Consideran que los datos están manipulados, y que lo que dicen no se corresponde con la realidad. “vas a los bares, y se ve que están vacíos, y no se venden viviendas”, argumenta un hombre.

“Hay muchos que se habrán ido al extranjero”. Así explica otro salmantino que el paro haya bajado. Según estos datos oficiales, ha disminuido el paro registrado en 147.385 personas. Además, aseguran que ha bajado por quinto mes consecutivo. El Gobierno también hace referencia al aumento de contrataciones, con más de un millón de nuevos contratos, y destacan la disminución del paro entre los jóvenes menores de 25 años.

Independientemente de todo esto, Salamanca está desencantada de los políticos, y confían más en sus propios ojos y en aquello que les rodea el día a día, que en sus palabras o datos. También hay otras cuestiones que les invitan a quejarse y mantener firme sus posturas de rechazo: “Nos han subido todo, y con la mierda de pensión que tengo, hay que quitarse de comer y de vestir, y necesitamos dar dinero a nuestros hijos, porque no ganan”, dice una mujer con indignación.

En cuanto a las esperanzas, las Navidades no han traído mucha fe y optimismo a los salmantinos, que siguen opinando que el país todavía continúa estancado en la crisis. “Yo calculo que quedan unos cinco años para que salgamos”, opina uno. En el mejor de los casos, hay quien dice: “En algún momento habrá que salir”, o, simplemente, ven las cosas demasiado estables. Al fin y al cabo, es difícil que pueda empeorar, y no consideran tampoco que esté mejorando la situación.  

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