El inicio de la Rúa y San Pablo queda unido por una pequeña vía empedrada que antaño se denominaba la calle de la Nevería. Así aparece en el plano de 1858 de Coello. Y es que según el experto José María Hernández Díaz allí existía uno de los pozos de la nieve que se repartían por el casco antiguo de Salamanca. Allí se guardaba el blanco elemento para usos medicinales, fabricar helados o refrescar bebidas. Pero con la aparición de las máquinas a mediados del siglo XIX, el único hielo disponible hasta entonces en el mercado a través del frío natural dejó paso a los cubitos artificiales.
La calle de la Nevería pasó entonces a denominarse Sánchez Barbero, en recuerda del escritor de la famosa Escuela Salmantina. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI, con el auge de la hostelería, esta calle acoge varios establecimientos que, en cierto modo, recuperan la antigua tradición de los cubitos de hielo que imperó antaño.
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