La Junta de Castilla y León prevé reducir entre un 20 y un 25 por ciento las estructuras administrativas y directivas al iniciarse el proceso de traspaso de la capacidad de decisión a los profesionales. El consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, asegura que la implantación de las unidades de gestión clínica en el sistema sanitario supondrá que la asunción de responsabilidades y autonomía por parte de los profesionales. Y recuerda que el borrador de decreto se ha consultado con más de cuarenta sociedades científicas y once colegios profesionales. Así, "no habrá dependencias de las normas generales a la hora de organizar vacaciones, permisos, sustituciones o turnos".

Sáez explica que se quieren romper las actuales barreras entre servicios y entre centros, permitiendo una implantación flexible y adaptable a las necesidades asistenciales. Por ello no se ha previsto limitar el número de unidades o áreas, ya que su pervivencia en el tiempo dependerá de los resultados alcanzados, estableciéndose una duración inicial de cuatro años.
 
Las unidades y áreas de gestión clínica no tendrán personalidad jurídica propia aunque sí dispondrán de autonomía para la organización y la gestión de los recursos humanos y materiales que se les asignen. Las unidades, que estarán sometidas al ordenamiento jurídico común de las instituciones sanitarias, podrán constituirse coincidiendo con uno o varios equipos de Atención Primaria o con un servicio o sección hospitalario, mientras que las áreas surgirán de la agrupación de varias unidades o servicios distintos, incluso de hospitales o áreas de salud diferentes.
 
La idea es, por ejemplo, crear el marco legal favorable para que los profesionales de un centro puedan realizar determinadas técnicas en otro que sí las tiene, lo que mejorará su cualificación y mejorará la atención a los pacientes. Los integrantes de las unidades serán todos los profesionales sanitarios y no sanitarios que trabajen en los dispositivos asistenciales correspondientes a su ámbito de actuación, de manera que todos ellos conocerán los objetivos a alcanzar y participarán en su cumplimiento.
 
Funciones
 
Las unidades y áreas de gestión clínica tendrán las siguientes funciones: planificación de objetivos asistenciales, presupuestarios, docentes y de investigación que le sean establecidos por Sacyl; planificación de horarios, turnos y tareas; propuesta de cobertura de puestos de trabajo necesarios mediante nombramiento de personal estatutario temporal; planificar la contratación de bienes y servicios; establecer los procedimientos para derivación de pacientes; promover consensos técnicos y desarrollar guías clínicas orientadas al paciente; y las relaciones con los usuarios, en particular tramitar y resolver reclamaciones y sugerencias.
 
Para su creación las unidades de gestión deberán presentar un Proyecto sobre los cambios organizativos a realizar, su cartera de servicios y la actividad a desarrollar, los recursos materiales y presupuestarios y el desarrollo de la Unidad a cuatro años. Quedarán formalmente constituidas con la firma del denominado Programa de Gestión Clínica, que estará orientado a asegurar a la población asignada una atención eficaz, asegurando la adecuada accesibilidad a los servicios y todo en un marco de gestión eficiente de los recursos.
 
Para llevar a cabo el trabajo de cada unidad o área se constituirá un órgano colegiado, denominado Comité Ejecutivo Clínico, que llevará que se encargará de las funciones de dirección y planificación de los objetivos asistenciales, presupuestarios, docentes y de investigación, incluido el Programa de Gestión Clínica en colaboración con las gerencias del centro en el que trabajen.
 
El control de resultados será tan estricto que el resultado de la evaluación que haga la Gerencia Regional de Salud determinará la modificación o supresión de la unidad o del área de gestión, así como su permanencia en el nivel de autonomía de funcionamiento alcanzado o el acceso al nivel superior. Los resultados de esta evaluación se harán públicos en el Portal de Salud de la Junta de Castilla y León.
 
Habrá tres niveles, progresivos y secuenciales, diseñados para incrementar la corresponsabilidad en la toma de decisiones y la autonomía de los profesionales. Las funciones correspondientes a cada nivel serán acumulativas, aunque el grado de “independencia” en la organización y gestión alcanzado por cada unidad será en todo caso temporal y revocable, en función de los resultados obtenidos.
 

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