Los médicos, odontólogos y podólogos que ejercen en la sanidad privada pueden extender desde este lunes, 21 de enero, un modelo único de receta que identificará al facultativo y al paciente y que mejorará la seguridad de los ciudadanos al evitar fraudes en la adquisición de medicamentos. Según explicó el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), el salmantino Juan José Rodríguez Sendín, la medida responde a la obligatoriedad de adoptar un modelo homogéneo de receta privada en todo el territorio nacional, que garantice la autenticidad y máxima seguridad, establecida en el Real Decreto 1718/2010 sobre receta médica y órdenes de dispensación.
 
Tomando como base esta norma, médicos, dentistas y podólogos han creado un mismo modelo de receta privada que deberá ser válido para toda España y a partir de octubre también para Europa y cuya máxima garantía está en el Código de Verificación Electrónica (CVE). Este código identifica al profesional que prescribe el medicamento, al paciente al que va dirigido y también al farmacéutico que finalmente dispensa el producto. Así, el CVE, asociado al número de receta, permitirá comprobar a qué médico en concreto ha sido asignado un determinado talonario, a qué Colegio pertenece el prescriptor, cuál es su especialidad, qué medicamento y en qué farmacia se ha dispensado.
 
La receta incluirá, además de los datos del prescriptor, los del paciente (nombre, apellidos, año de nacimiento y número de DNI, NIE o pasaporte), datos del medicamento, número de fármacos por receta (en la receta en papel solo se puede prescribir un solo medicamento y un solo envase) y, en caso de tratarse de estupefacientes, estarán sujetas a la normativa específica actual. De esta forma, una vez que el fármaco se ha vendido, la receta deja de tener validez, algo que puede ocurrir también si el destinatario denuncia su robo ante el facultativo y este la invalida.
 
Estas garantías persiguen, tal y como afirmaron los profesionales presentes en la rueda de prensa, aumentar la seguridad del paciente y disminuir los fraudes en la prescripción de fármacos, que aunque no tienen contabilizados, sí saben que existen, sobre todo en ansiolíticos, tranquilizantes, ciertos analgésicos y opiáceos. Otra novedad que aporta este modelo homogéneo es que cada fármaco que recomiende el facultativo deberá prescribirlo en una receta, algo que ahora no siempre es así, ya que hay médicos que utilizan un mismo documento para varios productos. Con cada receta que se lleve el paciente de la consulta privada habrá de recibir también una hoja de instrucciones en la que se le indique el modo de administración del medicamento y todo lo que el facultativo estime oportuno que debe saber.

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