La Plaza de Santa Eulalia, por la que pasan muchos salmantinos diariamente, no es lo que a simple vista parece. En este paraje hubo una iglesia a la que debe su nombre, y más tarde a principios del siglo XX albergó el edificio de Correos más importante de la ciudad, pasando anteriormente por unos cines barraca.
 
La parroquia se construyó antes de la repoblación, concretamente se fundó en el año 1110. Pequeña, de estilo románico y con planta de cruz latina, poco más se sabe de la iglesia. Aunque en los documentos que han llegado hoy en día sí se conoce, con las sucesivas reformas que se fueron realizando, que fue adquiriendo elementos arquitectónicos de diferentes épocas, destacando el gótico y el barroco.
 
La reestructuración de las parroquias llevada a cabo por el Padre Cámara, junto con la desamortización y la Guerra de la Independencia, provocaron la desaparición de la iglesia, sirviendo sus ruinas para acoger los cines barraca cuando el buen tiempo lo permitía. Este tipo de entretenimiento tuvo muy buena acogida entre los salmantinos durante el siglo XIX. 
 
Mientras los ciudadanos acudían al cine, las autoridades de la ciudad decidieron que hacía falta construir un edificio nuevo para Correos, pues el de la Plaza Mayor ya se quedaba pequeño para el volumen del trabajo que requería la ciudad. De hecho, se llega a proyectar una nueva casa de postas, pero seguramente por falta de fondos no se llegó a construir hasta que no se incendió la oficina de la Plaza Mayor. 
 
De esta manera, en 1930 se inaugura el nuevo edificio de Correos situado en la Plaza de Santa Eulalia. La nueva casa de postas era un edificio digno y majestuoso, prueba de ello es el escudo imperial encima de la puerta. Dicho escudo aún se conserva en la plaza, donde se colocó en 1995, siendo lo único que ha llegado hasta nuestros días de aquella construcción. 
 
La casa de Correos de Santa Eulalia era de donde salían y entraban todas las cartas de la ciudad. En total, contaba con tres pisos. El primero, que disponía de un patio interior, era donde se atendía al público, en el segundo estaban los despachos de los empleados de Correos y en el tercero había cuatro viviendas. En ellas residían los ejecutivos de Correos y los conserjes, habiendo grandes diferencias en la categoría de las viviendas. 
 
Pero como les ocurre muchas veces a estos edificios, se queda pequeño para las necesidades de la ciudad, por lo que se decide su demolición en 1975, a pesar de haber sido un asunto de intenso debate. Muchos salmantinos eran partidarios de conservarlo por su valor arquitectónico, pero finalmente se destruyó y en este momento la plaza es un punto de paso como otro cualquiera para los salmantinos, sin conocer muchos lo que la Plaza de Santa Eulalia significó en su día para la ciudad. 

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