La reforma del sistema de pensiones abordada el pasado día 13 por el Consejo de Ministros contempla nuevas medidas en próximas fechas. La Seguridad Social no sólo cambiará la fórmula para pagar las pensiones, sino que también revisará los ingresos para mantener el pago de la jubilación. Según el Ministerio, se debe ajustar el control sobre los recursos para garantizar que haya dinero en los próximos años, cuando haya más ancianos cobrando y menos jóvenes cotizando.
 
El Gobiernoquiere retrasar la aplicación de la reforma y suavizar la propuesta de los expertos. Por un lado, las pensiones dejarán de actualizarse en consonancia con la evolución de Índice de Precios al Consumo (IPC), y por el otro, la cuantía de las pensiones se irá reduciendo según aumente la esperanza de vida. "Hoy los españoles viven más años, en media, se ganan 16 meses de esperanza de vida cada diez años, por lo que la cuantía de la pensión debe modularse en función del tiempo en que se vaya a recibir", explica el Gobierno en un comunicado.
 
Para ello, se aplicará un factor que empezará a funcionar en 2019 y se revisará de forma automática cada cinco años. Se aplicará una sola vez a las nuevas pensiones, es decir, actúa sólo sobre la primera pensión a partir de 2019, y no conlleva en ningún caso aumentar la edad de jubilación, respetando los derechos adquiridos de los pensionistas. Por el contrario, introduce por primera vez España un elemento de referencia objetivo y previsible que resguarda la sostenibilidad de las pensiones, liberando al sistema de presiones y condicionantes políticos.
 
El nuevo índice, que se aplicará a partir de 2014, establece un techo máximo y un suelo mínimo, de tal manera que ningún pensionista presente o futuro vea mermada su pensión por la aplicación de este índice y tenga siempre un incremento, independientemente de la situación económica. Así, habrá un incremento mínimo del 0,25% y una máxima igual al la variación anual del IPC más 0,25%.

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