Los órganos federales de la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) se han reunido este viernes para decidir si convocan una huelga general contra la reforma laboral, que tendrá lugar el 29 de marzo, después de que el Congreso convalidara ayer el decreto-ley y su tramitación como proyecto de ley con la mayoría de votos del Partido Popular (PP) y el apoyo de Convergencia i Unió (CiU).
 
Las movilizaciones ya arrancaron un mes antes de la fecha prevista para la huelga general con una concentración en las capitales de provincia y tendrá su continuidad este domingo. El día 11 al mediodía se celebrará una manifestación que arrancará de la Plaza Mayor y transcurrirá por el paseo de Carmelitas, avenida de Mirat, plaza de España y concluirá en la plaza de la Constitución, frente a la Subdelegación del Gobierno.
 
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, considera que “en España está ocurriendo algo insólito y es que el Presidente del Gobierno ha recibido dos cartas de las organizaciones sindicales a las que no ha contestado. Nuestra voluntad es la de negociar para corregir en profundidad una reforma laboral que va a significar una vuelta atrás en avances muy trabajosamente conquistados a lo largo de las últimas dos décadas”.

Por su parte, para el secretario confederal de Acción Sindical de CCOO, Ramón Górriz, la reforma contempla muchos elementos para abaratar el despido y reducir el coste del factor trabajo. "La reforma introduce el despido libre y gratuito en el 99,1% de las empresas", denunció Górriz, "refuerza de manera brutal el poder absoluto del empresario y acentúa las desigualdades en el ámbito laboral entre hombres y mujeres", para advertir que se han aprobado 52 reformas y ninguna ha servido para crear empleo; es más, recordó, "ninguna reforma laboral impuesta ha tenido éxito".

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