El subdelegado del Gobierno niega una orden "ni verbal ni escrita" a los policías nacionales con efectos recaudatorios

 El subdelegado del Gobierno niega una orden "ni verbal ni escrita" a los policías nacionales con efectos recaudatorios
El subdelegado del Gobierno niega una orden "ni verbal ni escrita" a los policías nacionales con efectos recaudatorios

El subdelegado del Gobierno en Salamanca, Javier Galán, ha negado rotundamente que por parte de la Subdelegación haya ninguna orden ?ni verbal ni escrita con efectos recaudatorios? en respuesta a la denuncia del Sindicato Unificado de Policía (SUP) que según publicó SALAMANCA24HORAS mantiene que los agentes sufren acoso y amenazas para cumplir un mínimo de incautaciones de drogas y armas.

Galán destacó hoy que este tipo de controles los establece la Ley ?y los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado deben hacer lo posible para cumplir la Ley?, a lo que añadió que ?esto es la Subdelegación del Gobierno, no la Delegación de Hacienda?.

Sin embargo, el SUP mantiene que tiene pruebas y por ello afirmó ayer que ?Esta organización sindical está dispuesta a presentar  estas órdenes  escritas, sin perjuicio de la presencia de los medios de comunicación, siempre que nos requiera la Subdelegación del Gobierno?.

A la denuncia inicial se suma además la realizada ayer por el sindicato, que mantiene que esta situación no solo no se soluciona, sino que se han incrementado las presiones, "concretamente en la tarde de ayer funcionarios policiales sufrieron el acoso verbal  del Jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana?, asegura el SUP.

Objetivos operativos

Como publicara el miércoles SALAMANCA24HORAS, el SUP explica que se fijan unos objetivos operativos que cada año van aumentando. "Esto quiere decir que si el año pasado se levantaron en Salamanca 1.000 actas de intervención de droga, este año exigen 1.100 y el que viene exigirán 1.200. Esto supone que llegará un momento, si no ha llegado ya, que los objetivos resultarán imposibles de cumplir, máxime cuando los efectivos humanos son cada vez menores y los medios materiales peores".

El sindicato mayoritario entre la Policía Nacional denuncia las presiones que los agentes están sufriendo por parte de la jefatura de la plantilla. "Con la excusa de cumplir estos mal llamados objetivos operativos, se nos pretende imponer unas pautas de actuación, entre las que destacan la confección de un número concreto de actas de droga y armas y las identificaciones indiscriminadas en la vía pública", afirman. Y añaden que "para ello la jefatura presiona, acosa y amenaza a los funcionarios para que las lleven a cabo. Desconocemos los motivos por los que se  alientan estas prácticas pero, como ya ocurre en otros Cuerpos de Seguridad, el afán recaudatorio de la Administración puede estar en el trasfondo".

"La Policía no es una empresa privada"

Para este sindicato, "la Policía no es una empresa privada y no puede ser gestionada como tal, no es una empresa que tenga que dar cuentas a sus socios y cumplir unos objetivos económicos. Es un cuerpo dedicado a la atención al ciudadano, que debe responder cuando se producen los actos delictivos o cuando son demandados por una emergencia. Sus integrantes, profesionales formados y con un alto grado de implicación, saben cuál es su cometido y como deben desempeñarlo".

Y es que "el trabajo de un policía exige una concentración y una atención excepcional, en segundos puede pasar de una situación de tranquilidad a una situación de máximo estrés. Esto supone tener que tomar una decisión, en décimas de segundo y sin apenas meditarla, de la que puede depender su vida, la de su compañero o la de terceras personas. Si el policía, debido a presiones exteriores y ajenas a él, no se encuentra en óptimas condiciones para desempeñar su trabajo, puede cometer un error con graves consecuencias".

De ahí que el sindicato tema que esto pueda originar que algún agente, para cumplir los objetivos impuestos, "se extralimite en sus funciones e incurra en alguna ilegalidad". Por este motivo el SUP les aconseja "que no caigan en el error de verse influenciados por estas presiones y realicen su trabajo dentro de la más estricta legalidad, que sigan cumpliendo con su cometido como lo han hecho siempre, dando  a los ciudadanos un trato exquisito y profesional, solucionando en la medida de sus posibilidades cuantos problemas tengan estos y persigan el delito con los medios que la ley pone a su alcance".

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