“Tenemos que calentar las conciencias para cambiar las cosas y, para ello, la lucha es el único camino a seguir”, afirmó el nonagenario (cuenta en la actualidad con 94 años, de los que 23 los paso en las cárceles franquistas) de espíritu joven que cree a pies juntillas lo que dice en la portada del libro que presentó recientemente, 'Vale la pena luchar', su segundo texto en prosa tras la novela autobiográfica 'Decidme cómo es un árbol'. Marcos Ana daba las gracias al Nobel chileno Pablo Neruda “por ser él quien me instó a que pasara de ser una especie de juglar a escritor para llevar mi voz y mensajes por este mundo con la intención de cambiarlo”. Para apostillar que “las palabras por si solas no bastan, deben ir acompañadas de hechos y compromisos permanentes”. Apuntó que la cárcel no fue tan terrible. “Para mí fue una auténtica universidad, una escuela de fraternidad en la que me llevó a conocer mucho mejor a los seres humanos”.
El poeta salmantino Marcos Ana también reivindicó el poder de los “desposeídos” o de los que sufren alguna privación para cambiar el mundo si se unieran en “mareas” ciudadanas. “Somos imparables”, dijo a sus 94 años, si se forma una “piña” para dar la “batalla” y “calentar” las calles y plazas. Además, aseguró que la juventud no está en las “nubes” y remarcó su compromiso social, al tiempo que trasladó a los “viejos luchadores” un mensaje de ánimo: “Se puede, se puede y se puede”. Ana sostuvo que la política neoliberal rompe la unidad de los ciudadanos para defender las libertades y los derechos, como en la época de la dictadura. Justo ayer, cuando se cumplen 83 años de la proclamación de la segunda República española, afirmó que la “reconciliación” a quien más le duele es a los “enemigos” de la democracia.
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