Asimismo, este partido pone el foco en el medio rural, donde el peso de los roles tradicionales dificultan el acceso a un empleo o la puesta en marcha de nuevos proyectos entre las mujeres que viven en él. Todo ello, en una región en la que la brecha salarial alcanza el 22% y en el que casi el 80% de los contratos temporales corresponde a mujeres.
UPyD sigue a la línea marcada por la Carta de la Mujer y los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y especificada en la Estrategia para la Igualdad 2010-2015 en la defensa y promoción de la equidad de los todos los ciudadanos, sin importar su sexo, en todos los ámbitos de la vida civil. Para conseguirlo, aboga la mejora de representación de las mujeres en los puestos de responsabilidad y por la igualdad de oportunidades y de trato en el acceso laboral, ya que la independencia económica representa el mejor camino para asegurar los derechos y libertades. Del mismo modo, UPyD promueve un cambio en las relaciones de género que desarrollen la corresponsabilidad entre hombres y mujeres para fomentar una parentalidad positiva, que cuenta con la implicación de todos los actores sociales y que permite una verdadera conciliación de la vida personal, laboral y familiar.
Por último, la formación magenta defiende la libertad de las mujeres, ciudadanas adultas en plenitud de derechos y obligaciones, para tomar decisiones sobre su maternidad, así como defiende que no se las penalice por interrumpir su embarazo en un plazo consensuado ni que se persiga a quién ayuda a hacerlo en condiciones sanitarias adecuadas. El coordinador territorial, Rafael Delgado, afirma que la igualdad no puede ser “un eslogan de un día” y asegura que “no se puede hablar de equidad cuando la mitad de población sufre algún tipo de discriminación, ya sea en la menor percepción de sueldo para el mismo tipo de empleo o las trabas para conciliar la vida familiar con el trabajo”.
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