Además de la oncología, la medicina centrada en el paciente se puede aplicar a todos los campos de la medicina. El director médico apunta a que “quizá en oncología es la práctica más conocida gracias a las pruebas genéticas pero las terapias individuales van más lejos hasta el punto personalizar más allá de los genes”. Sacristán ha apuntado que el paciente tiene que convertirse en el eje central de los tratamientos y ha destacado una frase “a veces, preguntar al paciente qué prefiere es el mejor biomarcador”.
José Antonio Sacristán ha recalcado que el objetivo de las terapias individuales es identificar aquellos subgrupos de pacientes de una misma enfermedad para que puedan beneficiarse en mayor medida de un determinado fármaco. Emplear más directamente un fármaco conllevaría una eficacia mayor, ya que, se utilizaría con aquellos pacientes que se sabe con certeza que van a responder y, de este modo, se lograrían reducir los efectos adversos.
Por último, el director médico ha señalado que existen estimaciones que afirman que el número de pacientes de los ensayos clínicos podría llegar a reducirse en un 60 o 70% respecto a la situación actual gracias al empleo de la medicina centralizada. Además de reducir el porcentaje de pacientes, cabe destacar el ahorro económico que supondría apostar más por estas prácticas puesto que disminuir el tamaño muestral de la prueba de fármacos conllevaría a un ahorro de entre el 50 y el 60% del coste total.
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