El cierre de bares y restaurantes en la provincia de Salamanca tiene una causa clara, la crisis, provocando menor clientela, y un hándicap añadido, la presión fiscal, que asfixia a los negocios en determinadas ocasiones. Así lo afirma el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca, Alain Saldaña, quien cifra en un 20% la merma de facturación que la hostelería salmantina arrastra durante la crisis.

A su juicio, “la recesión ha hecho mella” y “los que mantenemos negocios abiertos lo hacemos con mucho esfuerzo en un sector que funciona con la temporalidad. Hemos aguantado el tirón a duras penas”. Así, para solventar este problema una salida es la modernización de los negocios para ofrecer una mayor calidad y abaratar los costes de producción. Por eso, “igual que se ha ayudado a otros sectores, por qué no un guiño del Gobierno a la hostelería, que produce el 11% del Producto Interior Bruto nacional”.

Importancia del sector en la economía española que tampoco se ve reflejada en una reforma fiscal. Para Alain Saldaña, no es una causa directa para la merma de negocios, pero sí un hándicap añadido. “La carga está ahí y te asfixia, pero es más la crisis en sí la que nos está matando, porque no hay tantos clientes como hace diez años”.

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