A la hora de valorar el resultado de unas elecciones, casi todos los partidos políticos siempre aseguran que ganan. Sin embargo, ayer era evidente que era una jornada de sonrisas y lágrimas, de euforia para algunos y sensación de derrota para otros. Así se constató después, pasada ya la medianoche, en la otra noche electoral.
En Ciudadanos de Salamanca estaban convencidos de que lograrían entrar en el Ayuntamiento de la capital, a tenor de que todas las encuestas les otorgaban varios concejales. Por eso, reservaron un pub en la calle Bordadores para celebrar la fiesta posterior al escrutinio. Así lo anunció incluso su candidato a la Alcaldía en una entrevista en Radio Salamanca.
Pero dos días antes le comunicaron que el pub pasaba a los populares, que lo habían solicitado. Ciudadanos cambió de planes y fueron a un pub en la calle San Justo. Allí celebraron sus cuatro concejales. A la misma hora, los populares pasaban de su fiesta pese a haber ganado las elecciones, pues han perdido la mayoría absoluta y consideran que no están para tirar cohetes.
Mientras en la calle Bordadores no había fiesta, el rock sonaba en San Justo y también a escasos metros, en la calle del Grillo, donde Ganemos también celebraba su entrada en el Ayuntamiento con otros cuatro concejales. Hasta allí se desplazaron incluso funcionarios municipales para felicitar a la agrupación de electores por contribuir a que el PP haya perdido la mayoría absoluta. Fueron las dos caras de la moneda de una noche electoral para la historia.
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