- Después de seis meses los salmantinos y el resto de españoles nos vemos en la misma tesitura y abocados a unas nuevas elecciones generales.
- El objetivo de cualquier negociación política es conseguir acuerdos para confeccionar un programa de mínimos, no de máximos. PSOE y C´s, dos fuerzas de perfiles diferentes, una de izquierda, otra de centroderecha; una centenaria, otra nueva; una con larga experiencia gubernamental otra sin experiencia de gobierno, entendieron que la nueva realidad político-electoral exigía acuerdos trasversales que superasen los bloques ideológicos. Encontraron el denominador común de unos programas que, en todos los casos, se articulan en torno a objetivos comunes repetidos hasta la saciedad: crear empleo, combatir la corrupción, sostener el estado de bienestar, medidas de protección para los más desfavorecidos, atajar la corrupción, responder con sensatez al movimiento secesionista de Cataluña. Estas formaciones actuaron en consecuencia, alcanzando un pacto para alumbrar un Gobierno de cambio, con 200 medidas largamente demandadas por millones de españoles.

- Hay quienes no entienden que sea tan difícil llegar a un acuerdo para formar gobierno. ¿Qué tiene que decirles?
- Lamento que no se haya podido formar gobierno. Ha sido un fracaso colectivo el no haber sido capaces de articular mayorías para gobernar la decisión de los ciudadanos. Pero unos tienen más responsabilidad que otros. No se trata de compartir culpas, pero sí es importante discernir el comportamiento de unos y de otros, las intenciones de unos y de otros para que el ciudadano sepa qué esperar de uno y de otros. La nueva política requiere flexibilidad y generosidad y se ha topado de bruces con el egoísmo y la intransigencia de la vieja política. Al menos en esta ocasión, la población tiene más información a la hora de dar su apoyo a una u otra fuerza política. Conocen los hechos, es decir los votos en contra de PP, Podemos e IU a un gobierno de pacto presidido por Pedro Sánchez.

- El PP asegura que ha sido el señor Sánchez el gran culpable del bloqueo de esta situación. Las relaciones de PSOE con Ciudadanos o Podemos tampoco llegaron a buen puerto. Personalmente, ¿cómo ha vivido el proceso de pactos?
- Ha sido un proceso desmoralizador y decepcionante. Creo que hemos  perdido una oportunidad para un cambio de Gobierno, para cambiar las políticas regresivas llevadas a cabo por el PP, y sobre todo para el cambiar la forma de hacer política. Dos partidos intentado ofrecer soluciones desde la negociación y el pacto, mientras que otros dos enrocados en la vieja política de la confrontación y la intransigencia. Rajoy y el PP fueron previsibles, se limitaron a esperar a que Iglesias hiciera su trabajo. El problema de Iglesias para no sumarse al pacto de los socialistas y Ciudadanos no fueron los contenidos sino tener que votar a favor de un candidato socialista. Distraían con documentos, pero no querían acuerdos.  Bloquearon y boicotearon cualquier posibilidad de acuerdo. Las excusas fueron diversas desde la condición inaceptable del referéndum separatista en Cataluña hasta la exigencia de contar con cuatro grupos parlamentarios, incumpliendo la ley, pasando por la reivindicación del control político sobre jueces o fiscales, o el veto a C´s. Traicionaron a los votantes de cambio, bloqueando la investidura de un Gobierno de izquierdas y sumaron sus votos a Rajoy para mantener a la derecha en el poder. Lo ocurrido no es nuevo, ya sucedió con Anguita, han seguido la  vieja teoría de Anguita, el de la pinza; atacar, atacar, atacar al PSOE. Aunque ahora, día y noche, Podemos diga lo contrario, y esté siempre en su boca que quieren trabajar con el PSOE y tenderle mano. 

- Incluso se ha llegado a cuestionar el liderazgo de Pedro Sánchez. ¿Cree que es la persona ideal para dirigir el PSOE y afrontar un posible gobierno?
- En estos momentos, sin duda es el mejor candidato. Pedro Sánchez fue elegido Secretario General de manera indiscutible con casi el 50% de los votos y 14 puntos de ventaja sobre el siguiente candidato, en un proceso de primarias abierto a la militancia, algunos desde dentro parecen que olvidan este dato.  Después de lo que hemos vivido en los últimos meses, me parece que no puede  negarse que el PSOE y en particular Pedro Sánchez han sabido actuar de manera seria, coherente y con suficiente altura de miras ante una situación política que es muy compleja, pero más democrática. Fue el que dio un paso al frente sometiéndose a la investidura, y es el que más se ha esforzado de verdad para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. 

- El 26 de junio hay que volver a meter la papeleta. Muchos apuestan a que va ocurrir lo mismo. ¿Se atreve a vaticinar un resultado?
- Volvemos a votar a los mismos partidos, con los mismos candidatos, las mismas listas y los mismos programas que en diciembre. Con una alta probabilidad de que el resultado sea muy parecido. No hay probabilidad de que algún partido se aproxime a la barrera mágica de los 150 diputados, ni mucho menos a la cifra de 176 escaños, que garantizan la mayoría absoluta. En estas elecciones hay dos elementos nuevos. En primer lugar, los españoles han visto el comportamiento de Sánchez, Rajoy, Rivera y de Iglesias y lo han juzgado; en segundo lugar, la unión forzada de IU con Podemos hace que el escenario político se acorte, pero al mismo tiempo llena de incertidumbre la situación porque sus programas están más indefinidos. Además Podemos agrupa a 16 formaciones políticas distintas, y son partidos que si uno mira los programas se da cuenta que poca coincidencia ideológica tienen.

- ¿Temen al conocido ?sorpasso? y que la coalición Unidos Podemos se sitúe como referencia de la izquierda?
- Me preocupa más la abstención de parte de nuestro electorado, que está menos movilizado que el de Podemos. El desafío que tenemos es la movilización de nuestro electorado socialista que está "desanimado" después de estos últimos meses.  Y es lógico, cuando tú intentas algo, te esfuerzas y no consigues esto te genera frustración.  Escuché hace unos días una reflexión brillante de Ángel Gabilondo que decía: ?La abstención perjudica bastante a los que se abstienen, porque cuando uno cree que se abstiene, lo que pasa es que esa parte no se decide por ellos, la deciden otros. Cuando uno se abstiene, otros votan y lo hacen masivamente?.  Si el electorado socialista se queda en casa serán otros los que decidan. Es cierto que casi todas las encuestas dan por hecho el sorpasso, pero quiero recordar que antes de las elecciones de diciembre había estudios de opinión que daban al PSOE 70 escaños (20 menos de los que tuvimos) y que nos situaban incluso como cuarta fuerza política. El mismo 20 de diciembre, se decía que los socialistas íbamos a ser terceros. Con esto quiero decir, que las encuestas no son dogmas y en este país se están convirtiendo en una herramienta de intoxicación informativa.

- Repite como candidata al Senado. ¿Cuáles son sus sensaciones?
- Mis sensaciones no coinciden con las encuestas. Yo dudo que los electores vayan a premiar a dos formaciones que han dinamitado la formación de un gobierno, en lugar de a quienes han trabajado para llegar a un acuerdo para que hubiera un Gobierno estable. Puede que en los reality shows televisivos, las audiencias aumenten cuando hay más enfrentamientos, pero en política los ciudadanos buscan soluciones. Los resultados en Salamanca serán similares a los de las pasadas elecciones de diciembre.

- ¿Es el momento de reformar el Senado? Mucha gente piensa que se trata de una agencia de colocación o un cementerio de elefantes que solo contribuye a un enriquecimiento mayor de los políticos.
- Sí. Desde hace ya demasiados años se habla de forma permanente de la idoneidad del actual Senado y de su posible reforma. Es más, las críticas no son ninguna novedad y son casi tan antiguas como la propia Constitución. Creo que el Senado, tal y como está configurado actualmente, es una cámara inservible que no cumple adecuadamente con la función que le otorga la Constitución, que es la de ser la cámara de Cooperación interterritorial, por eso es fundamental reformarlo. Tiene que ser una cámara territorial, donde los senadores serían designados por las comunidades autónomas y representarían a los Gobiernos de las comunidades autónomas  en lugar de senadores de elección popular, como ocurre en la actualidad, De esta forma sería una Cámara territorial como el Bundestag alemán. El Congreso de los Diputados sería como hasta ahora la Cámara de los ciudadanos, y el Senado sería la Cámara de los estados federados. Concretamente, la financiación autonómica y las infraestructuras tendrían que ser aprobadas en el Senado. Por ejemplo, en lugar de que cada comunidad negocie bilateralmente con el Gobierno central su financiación o las infraestructuras, o las inversiones, esto se tendría que debatir y aprobar en el Senado, de manera que si un presidente de una comunidad autónoma quiere incluir en los Presupuestos Generales del Estado una inversión para su comunidad no basta con tener el apoyo del Gobierno central, que a veces se da a cambio de algunos votos en el Congreso de los Diputados, sino que sería necesario contar con el respaldo del resto de comunidades autónomas. Esto es un ejercicio muy sano de trasparencia.

- Dijo en una entrevista anterior que luchará por los proyectos para Salamanca que Rajoy ha dejado en el tintero. ¿Cuáles son esos proyectos?
- Por ejemplo el Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo (MAU). Un proyecto de titularidad estatal que nació con el objeto de identificar, investigar y conservar el rico y variado patrimonio arquitectónico y urbanístico que posee España y con el objeto de difundir la arquitectura como un valor de identidad cultural. Un proyecto, anunciado en 2006, aprobado en Consejo de Ministros y con una licitación de más de 12 millones de euros, han pasado diez años pero nada de eso ha servido para que avanzara.

- Salamanca, como en el resto de España, es una de las provincias afectadas por las consecuencias negativas de la crisis. ¿Qué propone el PSOE para garantizar el crecimiento económico?
- Crear empleo estable, dignamente retribuido, es el objetivo que orienta todo el programa socialista. Si algo ha puesto en evidencia esta crisis son las debilidades estructurales de nuestro sistema productivo, debilidades que han sido acentuadas por las políticas económico-laborales del gobierno de la derecha en un brutal ajuste de cuentas con los trabajadores y las clases medias, acelerando la destrucción de empleo de calidad. 

Urge acometer una reforma de nuestro modelo productivo para ser más competitivos en lugar de bajar salarios. Tenemos una tasa de paro estructural estratosférica, con empleo precario, mal remunerado e inestable y con una temporalidad récord, y eso el que es legal. Luego está el otro empleo con horas de más no declaradas y en numerosas ocasiones no pagadas. Esta cuestión para los socialistas se tiene que convertir en un asunto de Estado, un gran acuerdo nacional por el empleo y un nuevo modelo productivo con los partidos, agentes económicos y sociales, territorios, partidos, para crear empleo estable dignamente retribuido. 

El actual modelo de crecimiento español se está agotando, no es inclusivo, genera desigualdad y vulnerabilidad y no es sostenible: hay que impulsar políticas que generen crecimiento sostenido de la demanda agregada, potenciar la productividad de las empresas y mejorar la competitividad. Somos conscientes de la necesidad de coordinar y hacer converger en un gran Área las políticas de educación, innovación, industria, empleo y sectores primarios. Buscaremos un gran acuerdo por la Innovación con el objetivo de hacer realidad que nuestro esfuerzo en I+D+i represente realmente al 2% de nuestro PIB.

Distribuir los frutos del crecimiento económico para que no se beneficien solo unos pocos, entre otras medidas a través de una reforma fiscal progresiva, acabar con las amnistías fiscales e impulsar una nueva estrategia contra el fraude. Aprobar una auditoria del gasto público de las administraciones para eliminar el gasto superfluo, establecer prioridades y mejorar la eficacia. 

Mientras tanto para combatir la desigualdad social es necesario poner en marcha un plan de emergencia con tres medidas principales: aprobación de un ingreso Mínimo Vital para los 720.000 hogares que ahora no tienen ningún tipo de prestación; el aumento de la prestación por hijo a cargo que reconoce la Seguridad Social y la recuperación de la prestación ?ahora recortada por el PP- para los desempleados con más de 52 años que ya no reciben ninguna ayuda.

- Y en cuanto a su política fiscal, ¿subirán o bajarán los impuestos?
- La pregunta  no debería ser subir o bajar impuestos, sino a quién se le sube y a quién se le puede bajar sin dañar la recaudación, porque lo  que está en juego es el modelo de sociedad al que se aspira. No subiremos los impuestos a las clases medias trabajadoras. Nuestra apuesta es una fiscalidad más progresiva, que page más quien más gana.  España tiene unos ingresos públicos muy inferiores a la media europea, con ese nivel de recaudación es imposible corregir el déficit y recuperar el Estado de bienestar, y  las rentas salariales soportan el 90% de la presión fiscal, es decir 9 de cada 10 euros recaudados. En cambio, la imposición sobre el capital, la riqueza y las sociedades apenas aporta 1 euro de cada 10 (el restante 10%), y sería discutible que, en realidad, estuviese siendo aportado por las rentas altas.

En este contexto, desde el PSOE creemos que España necesita una reforma fiscal en profundidad, para lograr un sistema fiscal que recaude más, pero también de una forma más justa, sin elevar la carga tributaria a la clase media trabajadora. Una reforma fiscal del PSOE no busca en ningún caso ?crujir a los ricos?. Al contrario, el Partido Socialista es favorable a las empresas y a los empresarios que crean empleo y riqueza y que son la inmensa mayoría en nuestro país. Pero un partido socialdemócrata como el PSOE no puede renunciar a gravar con más eficacia la gran riqueza. Lo hacemos para que contribuyan más los que más capacidad tienen, para que no tengan que pagar más quienes ya pagan suficiente y para sostener el gasto social y reducir la creciente desigualdad

Una de las propuestas del Partido Socialista es realizar una reforma conjunta del impuesto de patrimonio (IP) y del IRPF para que este último deje de ser un impuesto que prácticamente solo grave a los asalariados, y grave toda la capacidad económica derivada de las rentas de capital y de la acumulación de riqueza. Además, creemos que elevar la recaudación requiere una lucha sin cuartel contra el fraude y la evasión fiscal.

- El desempleo sigue siendo una gran lacra y todos los partidos centran sus medidas en la creación de puestos de trabajo. ¿Cuáles son las propuestas socialistas para disminuir la lista del paro?
- La caída del paro está relacionada con la caída de la población activa, y el empleo temporal,  la mayor parte el empleo que se ha creado es temporal, esto explica que la tasar de temporalidad siga creciendo.  Derogar totalmente la reforma laboral que en Salamanca ha supuesto más precariedad laboral, más desprotección y menos empleo. La reforma laboral está vinculada totalmente al empobreciendo de la población. Recuperar el Dialogo Social para aprobar el Nuevo Estatuto de los trabajadores y trabajadoras.  Aprobar un plan de choque para recortar el paro y mejorar los contratos para evitar que haya trabajadores pobres. Un incremento del salario mínimo del 5%, acabar con el paro de larga duración y mejorar los contratos para evitar que haya trabajadores pobres.

- La sanidad, sobre todo en Salamanca, ha sido uno de los principales ejes de polémica en Salamanca. Llega el verano y se habla de cierre de camas, de recorte de plantilla en el hospital, de derivación de operaciones a las clínicas privadas, aumento de listas de espera, deterioro del actual centro hospitalario mientras duran las obras del nuevo? ¿Cómo cree que debería gestionarse la sanidad?
- La sanidad debe gestionarse desde lo público. Dos son las apuestas del PSOE en materia sanitaria: alcanzar un pacto sanitario y restablecer la universalidad del Sistema Nacional de Salud, dejando bien a las claras el fiel compromiso con la sanidad pública universal, para que los ciudadanos estén protegidos gobierne quien gobierne. Las principales líneas de trabajo que llevamos los socialistas en nuestro programa electoral como alternativa a esta situación son eliminar el copago farmacéutico para que los enfermos se preocupen de superar su enfermedad  y no de pagar el tratamiento; recuperar la tarjeta sanitaria; reforzar la gestión pública del Sistema Nacional de Salud; aprobar una ley de muerte de digna que permita garantizar los derechos de los ciudadanos a afrontar con dignidad, y de acuerdo con sus decisiones, el tramo final de la vida. Es necesario llevar a cabo una negociación ?inmediata? sobre el precio de las terapias de Hepatitis C, establecer un sistema de selección pública para medicamentos y productos sanitarios sin patente, articular un sistema de mono dosis en fármacos de alto consumo, y a abordar un proceso de planificación de necesidades de profesionales.

- De cara al 26-J, y con el curso ya finalizado, se habla mucho de educación. ¿Cree que debería elaborarse una ley educativa que perdurara en el tiempo independientemente del gobierno de turno?
- Sí lo creo, una ley hecha desde el consenso y la participación que aporte estabilidad normativa, legislativa, financiera y de objetivos. España ha tenido siete reformas educativas en 35 años de democracia. La educación ha sufrido ya demasiados cambios como para retorcer de nuevo el sistema de forma tan inútil y gratuita, como lo hace la LOMCE (Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa) aprobada en 2013 con el único apoyo del PP, que entonces tenía mayoría absoluta. ¿Tiene sentido continuar con una ley educativa sin consenso, que se aprobó sin la participación del sector, que genera el rechazo de todos los demás partidos, de 12 de las 17 comunidades autónomas, de la comunidad educativa al completo, incluida la Conferencia de Rectores?  ¿Tiene algún sentido que sean los alumnos los que ahora paguen el precio de esa arrogancia política? ¿A quién le gusta la situación actual de inestabilidad educativa? Esta ley es el mejor ejemplo de antipacto educativo.

- ¿Cuáles son las principales propuestas educativas del PSOE?
- La educación es un derecho y un bien público y hay que seguir luchando para que nadie se vea aportado de ella por razones sociales o económicas. Queremos una educación inclusiva, que abarque desde los 0 a 18 años, universal, que no obligatoria; paralizar el calendario de aplicación de la LOMCE e impulsar con carácter inmediato un Pacto Educativo de la mano de la comunidad educativa y las fuerzas políticas; impulsar el MIR Educativo; extender  la gratuidad en la educación de 0 a 3 años; reconocer la beca como un derecho,  y para ello promoveremos un nuevo marco estatal de precios públicos de matrícula universitaria que tenga en cuenta los niveles de renta familiar, el  sistema de Rajoy de subir las tasas y reducir las becas a estudiantes es un sistema que no respeta la igualdad de oportunidades; impulsaremos la Formación Profesional, con 200.000 plazas más.

- ¿Y en materia de servicios sociales?
- Blindar el sistema público de servicios sociales como cuarto pilar del estado de bienestar. Nuestras políticas estarán orientadas a combatir las alarmantes cifras de desigualdad, recomponer el maltrecho Estado de Bienestar y adecuarlo a las necesidades de la sociedad actual. Por ejemplo proponemos la creación de una prestación nueva dirigida a los hogares sin ingreso y en situación de necesidad, una ley que garantice un ingreso mínimo vital de carácter no contributivo que va desde los 426 euros a los 708 euros mensuales más un máximo de 150 por hijo a cargo; para sostener el sistema de pensiones vamos a establecer un recargo de solidaridad a las rentas y patrimonios más altos.

Es necesario reconstruir el Pacto de Toledo para garantizar las pensiones "de hoy y de mañana" porque, la principal preocupación de nuestros mayores hoy no es si ellos seguirán cobrando, si no si sus hijos y sus nietos tendrán una pensión, y digo esto, porque hay problemas para sostener las pensiones, y esta es la realidad de la que no habla Rajoy. Han metido mano a la hucha de las pensiones, en los últimos cuatro años, hemos pasado de 60.000 millones de euros de Fondo de Reserva de la Seguridad Social en 2011 a 32.000 millones. A día de hoy en España por cada cuatro trabajadores hay un jubilado, en 2030 por cada jubilado habrá dos trabajadores,  por lo que hay que hacer frente ya al desafío del envejecimiento en nuestro país si queremos garantizar las pensiones, por eso proponemos introducir una Contribución de Solidaridad (inspirada en el modelo francés), para sufragar el déficit del sistema público de pensiones, que consistiría en un recargo temporal y específico, que recaería en las rentas más altas y en las grandes fortunas y patrimonios. 

Creemos que es necesario renovar un gran Pacto de Estado contra la violencia de género, tal y como se hizo en el año 2004. Todos los indicadores: número de denuncias, retirada de denuncias, asesinatos sin denuncia están dando señales de alarma. Y la respuesta de la derecha ha sido recortar en más de ocho millones de euros, respecto al año 2011, el presupuesto destinado a prevenir la violencia de género y a ayudar a sus víctimas (mujeres y niños/as menores de edad).  Con la ley de educación del PP, desaparece Educación para la Ciudadanía, que es una de las piezas claves para la prevención de la violencia, dejando a los y las jóvenes sin educación en los valores de la igualdad y el respeto.

- Si de usted dependiera, ¿qué leyes derogaría, mejoraría o impulsaría?
- Derogaría el artículo 315.3 del Código penal que castiga el derecho de huelga, un precepto de origen franquista; la prisión permanente revisable que en realidad es una cadena perpetua; la reforma local de Montoro, una ley que tiene como objetivo privatizar los servicios públicos municipales y que los municipios de 5.000 habitantes desaparezcan; Ley mordaza porque el objetivo de esta norma es sancionar al que protesta, y esto no es no es defender la libertad ni la seguridad, es sólo reprimir. 

Endurecería el delito de financiación ilegal de partidos políticos y el régimen de incompatibilidades para evitar el fenómeno de las puertas giratorias, extendiendo el periodo hasta 5 años, garantizaría de manera plena el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad. 

Impulsaría los recursos recortados en la lucha contra la violencia de género; las ayudas a los dependientes; las partidas presupuestarias para llevar a cabo las exhumaciones de personas que murieron durante la Guerra Civil; una ley de muerte digna que garantice una atención más humana en el proceso final de la vida; una ley de igualdad de trato y no discriminación; una ley de libertad religiosa y de conciencia, una ley de igualdad salarial entre hombres y mujeres porque es muy injusto que las mujeres cobren un 28 por ciento menos que los hombres por realizar el mismo trabajo; una ley contra la pobreza energética, ningún hogar debe ser privado por problemas económicos de un suministro de electricidad y gas mínimo que garantice unas condiciones de vida dignas. 

- En resumen. ¿Por qué hay que votar al Partido Socialista el próximo 26 de junio?
- Durante estos últimos 38 años los españoles hemos logrado muchas cosas juntos y, en la mayor parte del recorrido, de la mano de gobiernos socialistas. Justicia, bienestar, derechos, libertades. Nada de eso es irreversible. Y todo esto es mejorable, muy mejorable, claro que sí. Pero no se mejora desde los extremos, sino desde la centralidad. Los recortes de la derecha son un peligro y la radicalidad del travestismo populista, también. El PSOE se presenta a estas elecciones con un programa progresista pero realizable dentro del proyecto europeo. Las alternativas son dos programas fiscales irrealizables, el de la derecha que promete una vez más bajar impuestos, cuando la Comisión se dispone a sancionar a España por incumplimiento, y el del neocomunismo populista de Iglesias Turrión y Anguita, que propone un programa de gasto público de dimensiones increíbles, ignorante de las necesidades de financiación que tal plan requería, y sobre todo de las restricciones derivadas de la pertenencia a la Eurozona. ¿Cambio? Sí, pero cambio a mejor. El cambio en España solo tiene cuatro siglas. Toca ahora al elector decidir qué opción política le conviene más al país.

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