José María Díaz Mínguez, director del Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (CIALE) de la Universidad de Salamanca intervino hoy en el ciclo Conferencias Dioscórides la Facultad de Biología y defendió la necesidad de contar con disciplinas como la Biología y la Biotecnología para el avance de la agricultura y sus posibilidades de atender la demanda de alimentos mundial.
 
“La agricultura moderna no está exclusivamente reservada a ingenieros agrónomos y agricultores, sino que está abierta a múltiples disciplinas y tanto biólogos como biotecnólogos tiene un papel importantísimo, porque ahora mismo las herramientas de vanguardia que se utilizan en agricultura son la genómica, la proteómica o la transcriptómica que ellos aprenden”, afirmó el experto en declaraciones a DiCYT.
 
Por todo ello, los perfiles profesionales que forman parte de un centro de investigación como el CIALE son muy amplios: fisiólogos vegetales, microbiólogos, genetistas, botánicos, geógrafos y especialistas en el manejo del agua son algunos de los científicos imprescindibles. “La agricultura es la confluencia de muchas disciplinas y una de las características de la ciencia moderna es que profesionales de diversas áreas confluyen para resolver un problema concreto”, aseguró.
 
Ante un público compuesto en su mayoría por estudiantes de Biología y Biotecnología, José María Díaz Mínguez explicó la importancia de conocer las bases moleculares de las plantas y microorganismos. “Desde el punto de vista de las plantas, estamos aprendiendo cómo fue la genética de la domesticación, es decir, qué genes y qué caracteres fueron los que modificamos en las plantas silvestres para adaptarlas a nosotros”, señaló. En su opinión, este conocimiento “abre una perspectiva enormemente interesante, que es volver a domesticar especies o incluso domesticar otras nuevas".
 
El director del CIALE, que tituló su conferencia ‘Domesticar genomas: Agricultura y biología en el siglo XXI’, hacía referencia a que, desde el inicio de la agricultura, el ser humano ha ido seleccionando las plantas con las características genéticas que más le interesaban, algo que ahora se puede estudiar a través de la Biotecnología y desarrollar mediante ingeniería genética, aunque los organismos modificados genéticamente despiertan recelos sin base científica. En el rechazo a los transgénicos hay “motivaciones económicas y sociopolíticas, pero las personas que han aprendido una base científica deberían rechazarlas”.
 
“Todos los organismos que vivimos en este planeta compartimos ADN. Contemplar las especies como compartimentos estancos aislados es una idea superada, no pasa nada porque en nuestro cuerpo entre ADN de una bacteria, una planta o un animal, esto ocurre cada vez que comemos”, añadió.
 
La posibilidad de secuenciar los genes de los vegetales y de los microorganismos que interaccionan con ellos está creando nuevas perspectivas de trabajo, porque permite averiguar cómo son esas interacciones y cuáles son los genes que se han ido modificando en el manejo de las plantas por parte del hombre. En un futuro próximo, “las aplicaciones de la biotecnología de la genómica van a ser una necesidad”, opina el director del CIALE.

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