Para la Federación Agroalimentaria de CCOO de Castilla y León (Feagra CCOO-CyL) la obligada readaptación de la nueva norma nacional que regulará todo el proceso relativo al cerdo ibérico, desde la cría, hasta la venta de los productos derivados del mismo, pasando por la pura transformación, no favorece, en ningún caso, los intereses de los trabajadores y trabajadoras de este sector en Castilla y León, más bien ocurrirá lo contrario.
 
Para Feagra CCOO-CyL la dura realidad de este sector en Castilla y León viene determinada fundamentalmente por tres factores: en primer término, los cerdos ibéricos de bellota que no tengan el 100% de pureza racial perderán su posición en el mercado como consecuencia de la bajada de precios. “A tenor de ello estimamos que aparte del consumidor, la repercusión final recaerá en una clara pérdida de actividad laboral. Vamos, que lo más normal es que se produzca nueva destrucción de empleo en un sector ya muy castigado”, remarcan nuestros compañeros y compañeras de la Federación.
 
En segundo lugar, ha de hacerse un “ejercicio pedagógico” de interpretación y adaptación de esta norma a todas las partes implicadas. “En primera instancia, a las propias empresas. En segundo término, a los propios distribuidores y a los responsables de los propios puntos de venta para que finalmente el contenido de la misma le llegue al consumidor de la manera más clara. Objetivo: que el futuro comprador sea capaz de interpretar la “estrambótica” decisión de determinar con colorines la pureza racial del cerdo, ya que en ocasiones ésta podrá diferir de la calidad óptima del producto. 
 
Para Fegra- CCOO CyL, este proceder se podía haber simplificado en términos más sencillos como “oro, plata o bronce”, por poner un ejemplo clarificador. Para apostillar que, de cara a los operarios y operarias que manipulan estos productos en toda la fase de transformación, se les brinde una exhaustiva clarificación y especificación de la misma. “Desde CCOO de Castilla y León pensamos que es totalmente necesario y, por desgracia, hasta la fecha no se ha planteado en ningún momento. Pero lo más triste es que dudamos de que se vaya a efectuar”, sostienen desde Feagra. 
 
Para finalizar con estos tres factores, a nadie se le escapa que la obligada adaptación a la nueva normativa, pese a que exista un tiempo de cadencia (tres años…) traerá una serie de sobrecostes en la explotación y la producción. Todos ellos provienen de las exigencias del nuevo etiquetado en su amplio espectro, que sin duda alguna afectará en dos variables: por un lado, encarecerá el precio final del producto, de ahí que dificultará aún más su venta posterior. Y por otro, los empresarios tratarán de aminorar las actuales condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras en sus centros de trabajo, o bien invertir en más y mejor tecnología que haga que exista una mayor productividad. “Para CCOO, en estos tiempos que corren de profunda crisis general y también en este sector, no se contempla este escenario. En definitiva, con el argumento de la nueva situación creada por el Ministerio, a buen seguro que se destruirá más empleo en Castilla y León”.
 
Pureza de raza sí, pero no a costa de la clase trabajadora
 
La nueva normativa habla mucho de la pureza de raza, de si el cochino debe ser tal, o cual, o debe ser criado de tal o cual manera… pero nadie se ha preocupado de hacer ninguna mención a lo que va a pasar con los encargados de transformar a este preciado animal en una chacinería de lo más apetecible para los estómagos más exigentes. “Creemos desde Feagra CCOO CyL que los encargados de crear esta normativa se han olvidado por completo de los trabajadores y trabajadoras. No han calculado las graves consecuencias que van a acarrear una vez que se desarrolle en toda su extensión la norma. No debemos olvidar que sin éstos no sería posible ni readaptar normas ni ninguna otras cuestión”, se reafirman nuestros compañeros.
 
15.000 empleos en el aire en Castilla y León

La realidad del sector en esta región es variopinta, pero lo que sí es cierto es que la nueva normativa va a suponer una clara merma en el empleo. En estos momentos hay 352 empresas transformadoras en la región, de las cuales el 80% están en la provincia de Salamanca. Este conjunto de sociedades tiene una facturación de 600 millones de euros con un total de 15.000 empleos, la mitad son directos y el resto indirectos. De este montante el 80%, unos 5.000 empleados operan en Salamanca. Y dentro de esta provincia el centro neurálgico es Guijuelo y su comarca. “Con la nueva norma muchos de estos empleos pueden peligrar”, remarca Juan Manuel Ramos, secretario regional de Feagra-CCOO CyL, como advertíamos desde que se conocieron los primeros borradores de modificación de la norma.

En los últimos años la cabaña de cabezas de ibérico se ha visto mermada de forma considerable por diversas razones. En 2008 había 517.000, mientras que los últimos datos que tenemos, de 2012, la cifra había mermado hasta los 143.000. De esta cantidad el 70% de los sacrificios se hacían en esta región. La cifra de negocio en esa época ascendía a 1.500 millones de euros. El porcino por entonces suponía 14.000 millones de euros, el 65% de los 21.200 millones de euros que facturaba todo el sector cárnico en España. Y de este apartado más del 10% pertenecía al ibérico.

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