En relación a la propuesta de modificación de la Norma de Calidad del Porcino Ibérico, presentada recientemente por el ministro Arias Cañete, la Alianza por la Unidad del Campo UPA-COAG quiere dejar claro, en primer lugar, que apoya todo tipo de medidas que se adopten con el objetivo de favorecer la claridad de cara al consumidor y que se evite cualquier atisbo de fraude.
 
Así, en una primera valoración de la propuesta, UPA y COAG consideran que es fundamental simplificar al máximo las designaciones del tipo de producto, reduciéndolas en función de su tipo de alimentación y manejo a tres: de bellota, de cebo y de campo, y en función de la raza a dos: Ibérico” e Ibérico puro, de tal forma que al final de la combinación de estas resultaran un total de seis posibles designaciones: Ibérico de bellota, Ibérico puro de bellota, Ibérico de campo, Ibérico puro de campo, Ibérico de cebo e Ibérico puro de cebo.
 
Para la Alianza resulta injustificado el incremento que se propone en el borrador enviado por el MAGRAMA, según el cual se establece que los animales de producción de más de 115 kilos de peso vivo que den origen a productos con la denominación “ibérico de cebo intensivo” deben disponer de una superficie mínima de suelo libre por animal de 2 m2 en su fase de cebo, mientras que el Real Decreto 1135/2002, de 31 de octubre, relativo a las normas mínimas para la protección de cerdos, establece que la superficie de suelo libre para cerdos de más de 110 kg de peso vivo debe ser al menos de 1 m2. Para la Alianza por la Unidad del Campo UPA-COAG proponer este incremento no tiene suficiente base, ya que por un lado, aplicando las medidas reguladas por la legislación nacional, ya se cumple con los requisitos de bienestar animal, y por otro lado no se consigue mejorar de esta forma la calidad de los productos animales.

Tres designaciones

Por otra parte, en las tres designaciones que se establecen en el borrador de  norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos: Ibérico puro de bellota o de montanera, ibérico extensivo e ibérico de cebo intensivo, se exige  que todos los reproductores, hembras y machos, sean de raza ibérica o duroc, estén inscritos en libro genealógico y que se justifique en todos los casos el factor racial mediante el  “certificado oficial de pureza racial”, emitido por la correspondiente asociación oficialmente reconocida para la gestión. Para COAG y UPA esta exigencia de inscripción en libro genealógico de todos los reproductores no es algo primordial y supondría para los ganaderos de Castilla y León un alto coste económico para la adaptación a este apartado de la norma, sin olvidar que actualmente se corresponde con un modelo de explotación más arraigado en la Comunidad Autónoma de Extremadura y no en la nuestra.

 
En este sentido, desde la Alianza recuerdan que según las propias estimaciones de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, únicamente un 4,5% de los reproductores ibéricos de la región (2.461 animales) se encontraban inscritos en 2011 (frente a los 54.184 animales totales), lo que supondría dejar fuera al 96,5% de la cabaña regional por incumplimiento de este requisito.
 

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