Para ello se han valido de uno de los grandes activos de uno y otro lado de la frontera: la tierra. Aunque en el caso de Portugal los tipos de suelo varían por la heterogeneidad de sus regiones, Salamanca y el país vecino comparten grandes propiedades para el desarrollo de las leguminosas, por su gran capacidad de adaptación. Así lo puso de manifiesto la investigadora Isabel Duarte, del departamento de mejora de plantas perteneciente al Instituto Nacional de Investigação Agrária e Veterinária (INIAV) de Portugal.
Duarte explicó que las leguminosas se desenvuelven mejor en las tierras de peor calidad y en rotación “porque ofrecen gran cantidad de proteínas, son muy productivas, menos exigentes y muy buenas”. Esa circunstancia permite, por ejemplo, que de cultivos como el de la soja se pueda alcanzar una alta producción hasta el punto de reducir notablemente los gastos derivados de la importación.
Buen punto de encuentro
A juicio de Durarte resulta interesante que Salamaq ofrezca la oportunidad de relacionar las investigaciones de Portugal y España. “De esta forma abrimos las puertas de nuestro trabajo para hacerlo interesante a España con quien compartimos clima y tipos de suelo”, señaló convencida de que realizando labores complementarias se puede lograr el éxito y ahorrar gastos. Para ello, “deberían hacerse más Ferias y más muestras de nuestros trabajos como la que propicia este año Salamaq”.
Europa lanzó el reto a los investigadores ante la necesidad de combatir esa gran crisis y los resultados, un lustro después son evidentes, según explicó Manuel Julio Rodríguez, del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ItaCyL).
Trigos y centenos 'perennes'
Entre los resultados, llama la atención la obtención de trigos y centenos denominados 'perennes' que, tras ser plantados, rinden durante un lustro sin necesitar más que un abono periódico. Más que para consumo humano, pues el grano es de pequeño tamaño, su destino es la producción de biomasa.
Rodríguez explicó que el trabajo del grupo investigador transnacional se centra en las leguminosas. De hecho han lanzado ya cinco variedades de guisantes propios al mercado como alternativa a los llegados de países como Francia, Italia, Alemania, e Inglaterra, “que no estaban adaptadas a Castilla y León”. De igual modo, trabajan codo con codo con las diferentes Indicaciones Geográficas Protegidas y las distintas Marcas de Garantía de la región para seguir mejorando la calidad de los cultivos y buscar alternativas ante posibles problemas derivados de las enfermedades agrícolas.
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