La Asociación de Investigación para la Mejora del cultivo de la Remolacha Azucarera, Aimcra, pone de manifiesto la importancia del riego de nascencia y de la siembra temprana. Según se afirma desde este grupo, “en el momento de sembrar la remolacha es probable  que dispongamos de un suelo en condiciones óptimas de humedad para la germinación de las semillas y alcanzar la emergencia, pero no es lo habitual. Son más frecuentes las condiciones de escasez de lluvias que obligan a realizar riesgos de nascencia para poder conseguir la implantación del cultivo y una óptima densidad de las plantas.

En relación a la siembra temprana, Aimcra se hace eco de un estudio que demuestra que cada día de adelanto de la siembra supone un aumento del 0,5% del rendimiento final del cultivo. Una semana supondría un 4% y 15 días un 8%. “La siembra temprana con sus ventajas no debe estar condicionada por el temor a las posibles heladas. Los eventuales daños ocasionados por éstas son inferiores salvo casos extremos a los beneficiados de aquella”, añaden. Mientras, recuerdan “que el periodo de siembra recomendado va del 15 de febrero al 15 de marzo. Dentro de este intervalo se debe sembrar lo antes posible.

 

Por otra parte, Aimcra dice “que los riegos de nascencia asegurar un nacimiento uniforme y rápido del cultivo, especialmente importante en siembras tempranas”. En suma señalan “que dada la alta inversión que el cultivo precisa en semillas, insecticidas y herbicidas no se puede sembrar si no se asegura el riego de nascencia”. Siguiendo en relación a lo mismo, Amicra insta a los agricultores a solicitar a los organismos competentes el poder iniciar los riegos de nascencia lo más tardar el 10 de marzo además de conocer con seguridad desde mediados de febrero la fecha en la que se dispondrá de agua en los canales. 

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