Casi como se despide a un vecino que abandona este mundo, los habitantes de Boñar se han levantado esta mañana con la triste noticia del adiós de su querido negrillón. Poco más tarde de las 8.30 horas de esta fría mañana de martes, uno de los símbolos de la provincia de León se ha venido abajo contra los muros de la iglesia de San Pedro, su compañera durante los casi doscientos años transcurridos desde la finalización del templo en 1819. Y dentro de la fatalidad el destino ha querido que la desgracia no fuera mayor, ya que si el desplome hubiera ocurrido este lunes, la caída habría coincidido con el día de mercado del pueblo.

Algunos vecinos aseguran que llevaba muerto años, pero la pérdida de este árbol centenario que se encuentra en pleno centro de Boñar, en la plaza que hay frente a la iglesia parroquial, entristece a todos los leoneses que han pasado bajo sus ramas, que han sido testigos del paso del tiempo alrededor de su tronco, y que han disfrutado de su imagen sentados en un banco de la localidad leonesa. Muchos de ellos han querido llevarse para el recuerdo un trozo de su corteza.

En los últimos años, debido a una enfermedad del que no se le pudo salvar, sólo se podía observar su tronco petrificado, pero siempre manteniéndose como un emblema de Boñar, un árbol al que incluso se le han dediado canciones populares.

Orígenes

En 1.574, siendo párroco de Boñar, D. Suero Alfonso y obispo de León D. Juan de San Martín, visita esta villa en su nombre el señor bachiller D. Juan Gutiérrez. Entre sus mandatos resalta uno de sus apartados que titula "Olmeda" y dice:

"Item mando el señor visitador al rector y mayordomo que haga ecerrar la olmeda desta Iglia de pared o vargaños enderredor para que los olmos crezcan y los virgultos pupulen y que para la costa desto se corte y venda el olmo grande".

Este mandato es probablemente el que permitirá mediante la tala de los olmos más grandes y la cuidadosa poda de los restantes ejemplares el crecimiento del hermoso ejemplar que ha sido símbolo de la villa durante los últimos 450 años.

La grafiosis del olmo

La grafiosis del olmo (Cerotocystis ulmi) - conocido como negrillo en la provincia de León - es una grave enfermedad que ataca sobre todo a las especies Ulmus minor y Ulmus glabra y que ha provocado la disminución de la población de olmos en todo el mundo.

El hongo entra en el árbol porque el  insecto escolítido, que se alimenta de hojas y madera, lleva adheridas en su cuerpo las esporas y las va diseminando. Una segunda vía de penetración se produce a través de las raíces. Este hongo tapona los vasos conductores de savia; primero se observa marchitez y amarilleamiento y, después, las hojas se secan. En pocos meses, el árbol muere. El único remedio eficaz consiste en el tratamiento preventivo.

En el caso del 'Negrillón', el Ayuntamiento de Boñar, a través de la Delegación Territorial de Agricultura de la Junta de Castilla y León, aplicó un tratamiento regenerativo en dos fases complementarias: la primera (1985), mediante fumigaciones realizadas con insecticidas y fungicidas específicos sobre las hojas; la segunda (1986), mediante inyecciones de líquido regenerador. Sin embargo, los tratamientos técnicos no surtieron el efecto esperado y el 31 de julio de 1993 se procedió a la poda de todo su ramaje hasta quedar tal y como lo podíamos contemplar hasta hoy.

La solución al vacío del negrillón podría pasar por una réplica que adorna un parque de la capital leonesa

Por su parte, el alcalde de Boñar, Roberto Álvarez, ha lamentado profundamente la pérdida de este "emblema" para la Villa. "Boñar ha perdido su icono, un lugar conocido y visitado por todos", ha declarado a este periódico. En cuando a las posibles soluciones, el alcalde de Boñar ha advertido de que todavía es muy pronto para buscar un 'sustituto' al vacío que el negrillón ha dejado en la plaza de la parroquia. "Es una decisión que tiene que venir consensuada por todos los grupos políticos del gobierno de Boñar. Haremos un concurso de ideas para valorar la mejor solución", ha declarado.

Pero ya se están barajando varias opciones, y una de ellas pasaría por colocar la réplica realizada por el escultor -natural de Boñar- Manuel Díez Royán, que en la actualidad adorna uno de los parques de la capital leonesa.

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