La despoblación del mundo rural es cada vez más evidente y uno de los termómetros que así los demuestran es la educación. No hace tanto tiempo, los colegios del mundo rural rebosaban alegría y vida. Los más pequeños estudiaban en las escuelas de su localidad y luego, en función de sus necesidades o incluso en función de sus aspiraciones decidían acudir a otras localidades o a la capital. Pero en los últimos años, el reguero de cierres de colegios rurales supone un panorama desalentador.

Y es que las estadísticas son aplastantes. En los últimos seis años, Zamora habrá perdido 27 colegios en su provincia. Algunos eran Colegios de Educación Infantil y Primaria, mientras que otros formaban parte de los conocidos CRA (Colegio Rural Agrupado). Así, en el curso 2011-2012 se quedaron sin colegio las localidades de Benegiles, Codesal, Colinas de Trasmonte, Olmillos de Valverde, El Piñero y San Miguel de la Ribera. Tras esas seis localidades, en el curso siguiente fueron otros cinco pueblos: Tagarabuena, Perilla de Castro, Pueblica de Valverde, Cubillos y Pino del Oro.

Tampoco fue mejor en el curso 2013-2014, cuando los pueblos que se quedaron sin centro educativo fueron cuatro: Cabañas de Sayago, Pinilla de Toro, Moreruela de Tábara y Riofrío de Aliste. Y justo el doble, ocho, se cerraban en el 2014-2015: Santa Coloma de las Carabias, Cerecinos, Santovenia, Villadepera, Rabanales, Villalazán, Santa Croya de Tera y Villanueva de Azoague. Por último, el año pasado, esa hemorragia de taponó, con ?solo? dos cierres: San Agustín y Santibáñez. 

Para el curso 2016-2017 que comenzará en septiembre, todo apunta a que serán otros dos pueblos los que pierdan sus colegios: Molacillos y Arrabalde. Dos localidades que unidas a las 25 anteriores completan las veintisiete que en el último sexenio han perdido en su territorio la imagen del centro educativo.

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