La COVID-19 frena la presión fiscal y obliga a los ayuntamientos a reducir hasta en 30 euros los impuestos

Las corporaciones bajaron sus ingresos fiscales un 4,7% por las tasas, obras y plusvalías, hasta los 1.431,6 millones, pero las transferencias de Estado, Junta y diputaciones amortiguaron el descenso

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Tabla de transferencias corrientes y tributos municipales. ICAL
Tabla de transferencias corrientes y tributos municipales. ICAL

La reducción de tasas municipales para algunos sectores, el descenso de las obras y una merma de la compraventa de bienes inmuebles y su impacto en las plusvalías provocaron una bajada de los ingresos fiscales municipales durante el año de la pandemia en Castilla y León en un 4,7 por ciento, hasta los 1.431,6 millones, con una reducción global en más de 71 millones. 

Los datos que facilita el estudio sobre ‘Las Haciendas Locales en cifras’ del año 2020, recientemente publicado por el Ministerio de Hacienda, precisa que la recaudación fiscal por habitante de los ayuntamientos se situó así en los 598 euros, frente a los 626 del año anterior. Una cifra por debajo de los 645 euros de la media nacional, donde también se contrajo desde los 689 euros del año 2019.

La presión fiscal detuvo así su crecimiento el año de la pandemia, tras una década (2009-2019), en la que los ayuntamientos de la Comunidad elevaron sus impuestos en más de 130 euros por persona. Ese aumento también se produjo a nivel nacional pero con una diferencia, en España crece la población a aportar recursos, mientras que en la Comunidad, cada vez hay menos gente que contribuya. La reforma del sistema de financiación local se mantiene como una de las principales exigencias de los regidores, para garantizar a las corporaciones poder contar con recursos suficientes para prestar los servicios de cercanía a sus ciudadanos. 

El informe pone de relieve que el descenso de la recaudación fiscal llegó sobre todo de la reducción de tasas para apoyar a diversos sectores, como el hostelero (terrazas), con unos ingresos globales por 381,23 millones de euros, un 13,6 por ciento menos que en 2019, es decir, se recaudaron casi 60 millones de euros menos.

Asimismo, cabe destacar la merma sufrida dentro de los tributos indirectos por el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), que permitió embolsarse a los consistorios de Castilla y León 43,28 millones de euros, con una caída del 21,8 por ciento, es decir, dejaron de ingresar más de 12 millones en relación a 2019. Los ingresos por consumos indirectos reportaron 7,13 millones, con una descenso del 7,9 por ciento.

En cuanto a los tributos directos, el que sufrió un mayor impacto fue el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (Plusvalía), que supuso una recaudación de 55,93 millones en 2020, con un retroceso del ocho por ciento respecto al año anterior (casi cinco millones menos). Asimismo, también sufrió una retroceso el Impuesto de Vehículos de tracción Mecánica de dos décimas, hasta los 124 millones de euros.

En el extremo opuesto, dentro de los impuestos directos, los consistorios recaudaron 698,25 millones de euros a través del IBI, el que mayor aporta a sus arcas, con un aumento del 0,4 por ciento. Asimismo, es destacable el incremento de 1,5 puntos porcentuales en los ingresos por el IAE (Impuesto de Actividades Económicas), hasta los 73,93 millones de euros. Y el resto de tributos locales se elevaron un 5,1 por ciento, con 26,4 millones. Así, en global, la cifra de recaudación de tributos directos prácticamente permaneció estable, con 978,64 millones, 44.000 euros menos que en 2019. 

En cuanto a los indirectos, el IVA permitió unos ingresos por 20,72 millones, un 7,2 por ciento más; y el resto de tributos de este apartado, crecieron un 14,6 por ciento, con 643.000 euros. Los ingresos por tributos indirectos bajaron así un 13,5 por ciento, con 71,7 millones de euros. 

MÁS TRANSFERENCIAS CORRIENTES

La merma de ingresos fiscales se vio compensada en gran parte por el aumento de las transferencias corrientes del Estado, la autonomía y las diputaciones provinciales. Estos ingresos se situaron en el ejercicio de la pandemia en los 743,3 millones de euros, que representan un aumento del 4,5 por ciento respecto al dato de 2019.

En concreto, el grueso de las partidas llegaron desde el Estado, con una cifra de 524,5 millones de euros, con un incremento del cuatro por ciento en comparación al ejercicio precedente. Asimismo, desde la Junta de Castilla y León se transfirieron 147,1 millones de euros, con un avance del 3,3 por ciento. Cabe destacar asimismo, el importante aumento de las transferencias corrientes a pequeños municipios por parte de las diputaciones provinciales del 14,6 por ciento, hasta los 62,6 millones de euros. 

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