Algunos indicadores y muchos políticos apuntan a una recuperación de la economía, el tan asiado fin de la crisis. Pero los datos se muestran, en muchas ocasiones, contradictorios. En la provincia de Burgos, los desahucios crecieron durante la primera mitad del año un 9,58% respecto al mismo tramo del ejercicio anterior.

De los 313 lanzamientos -éste es el término correcto para referirse a los desahucios, y alude al proceso que sigue a la ejecución hipotecaria mediante el cual se despoja a una persona de la posesión material de un bien inmueble- contabilizados entre enero y junio de 2014 se pasó a los 343 de este curso, según los datos que recoge el informe sobre el efecto de la crisis en los órganos judiciales, que publica el Consejo General del Poder Judicial.

Pero entre los indicadores más relevantes del citado documento, el apartado de los lanzamientos es el único que revela un comportamiento negativo. Las ejecuciones hipotecarias -que se producen cuando al caer en el impago de entre tres y seis cuotas de hipoteca, el banco inicia un proceso con el que reclama el monto total del crédito a un interés que suele rondar el 20%-, por el contrario, cayeron en picado un 46,17%. En concreto, hubo 151 menos, de las 327 contabilizadas en el primer semestre del año pasado a las 176 del mismo período en 2015.

En relación a los concursos de acreedores presentados en los juzgados de lo Mercantil de la provincia, disminuyeron un 23%, pasando de 39 a 30. También se registró una rebaja, aunque mínima, en los despidos, con un 1,67% en la primera mitad de este año respecto a la del ejercicio anterior. Frente a los 479 cuantificados en 2014, hubo 471 este curso. También en las reclamaciones de cantidad hubo una mengua, del 9,3% exactamente (880 por 798).

 

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