¿Que necesita una fotocopia? No se preocupe, posiblemente en el kiosco de su barrio pueda hacerlas. Y plastificar algo. Y comprar material de papelería: unas libretas y unos rotuladores. Y comprar pan de paso. Y bebidas, incluso vino. Y recargar el móvil. Y chucherías, o frutos secos. Y claro, como siempre tendrá chicles y cromos, pero también juguetes para los críos. Y lo más probable es que salga de allí echando un vistazo a las revistas y un ojo a los periódicos... pero sin comprar ninguno de éstos.

El descenso de la venta de periódicos y el desplome del de las revistas de papel es tan pronunciado en estos últimos diez años, que los kioscos de prensa tradicional están teniendo que reconvertirse de forma acelerada en tiendas de barrio. O cerrar. Los cierres más sonados en la capital leonesa son el del kiosco de San Marcelo y el de la Estación 'Provisional' de Ferrocarriles. Pero es que de los más de trescientos abiertos en la provincia en 2007 quedan unos 270.

Así, alguno de ellos, como el Kiosco Campo situado en la plaza de Guzmán de León, ha incorporado un estanco con cava de puros. Pero es que ya vende de todo, sobre todo bebidas y pan, aparte de chucherías y frutos secos. Hasta hace año y medio era el kiosco especializado donde uno podía comprar la prensa internacional en la ciudad. Su dueño, Mariano Duque Campo (un 'mítico' de los kiosqueros leoneses), explica que dejó de venderlos "porque no compensaba y además la distribución tardaba hasta tres días en traértelos" y afirma rotundamente que "en año y medio o dos" cree que dejará de vender periódicos: "La confitura y las bebidas se venden muchísimo más. Y el pan. Sin el pan la cosa iría muy mal".

Los directivos de PrensLeón (la Asociación de Vendedores de Prensa de León que agrupa a 110 kioscos en León y 30 en El Bierzo) ya vaticinan un mal futuro para los denominados "a cuatro vientos", los de las plazas de toda la vida. Según su presidente, Marcos García Fernández, "o se cambian a un local, aprovechando que están baratos, o no van a tener más remedio que cerrar: no se sostiene el negocio sólo con la venta de prensa y revistas. Que busquen y amplíen". Recomendación que hacen extensiva a los demás kiosqueros. "O se amplia el negocio con ventas de otros productos o no se va a poder resistir, eso que lo tengan claro".

La venta de barras de pan ha sustituido al periódico en el flujo de ventas de los kioscos leoneses.

En una hora en el kiosco de Marcos García, el Bam Bam de Daoiz y Velarde (entre las doce de la mañana y la una de la tarde) han entrado 36 clientes. La mayoría jubilados. Sólo tres jóvenes. De ellos sólo seis han comprado prensa o revistas: dos Diarios junto con el ejemplar de El Mundo (que se vende conjuntamente), un Marca, un País, y dos señoras mayores revistas del 'corazón'. 21 han comprado pan. Cuatro han hecho fotocopias. Dos han intercambiado novelas del oeste, uno ha hecho una recarga del móvil, otra ha comprado chucherías y otra ha preguntado por si han llegado los números de una colección de coches y de otra pulseras. A un niño en la sillita un abuelo le compra un juguete.

Sorprende la venta de pan. Pero al dueño no: "Sin la venta de pan muy posiblemente estuviéramos pasándolo muy mal", reconoce. Y el dato es sorprendente: vende unos 90 kilos de pan al día, unas 180 piezas. El pan ha sustituido a la venta de periódicos. "Aquí vendíamos casi doscientos periódicos diarios, ahora si llegas a cien pues no está mal, y las revistas van peor aún", apunta.

Los editores de prensa no ayudan

Una de las quejas del presidente de PrensLeón es que son los propios editores de prensa los que han hecho muy mal su trabajo. Que no sólo es la realidad de que la gente lea cada vez más los periódicos digitales. "Es que falta calidad del producto y, además, parece que los periódicos nos tienen como enemigos y no debería ser así, tenemos que ir de la mano. Nos necesitan y nosotros a ellos. Lo que está pasando ahora es incomprensible", protesta.

Según él la caída de venta de ejemplares en los periódicos es de un 50% en nacional y un 30% en los provinciales. "El día que se vayan muriendo los jubilados y cierren los bares, ya los he visto con tabletas, adiós al negocio de la prensa", se lamenta. Eso sí, él lo tiene claro: "Quienes más se han perjudicado son los editores y distribuidores de prensa, no han sabido tirar por ello. Es que no han sabido valorar la red de ventas. Están en otros asuntos y no cuidan su producto. Tienen lo que se merecen".

Seis kioscos de prensa municipales, dos cerrados

El Ayuntamiento de León tiene concedidos cuatro de los seis kioscos municipales de los que venden prensa (los que se denominan "a cuatro vientos"), porque hay ocho más para otros cometidos en la ciudad (entre ellos la churrería Santa Ana en la calle José Aguado y otros de almacén o multiusos), según fuentes municipales. Precisamente uno de ellos, el de San Marcelo —que cerró en julio de 2016 tras decenas de años de historia—, continúa buscando concesionario y es el que ejemplifica lo que puede ocurrir con los que siguen abiertos: el del Juan del Enzina en Ramón y Cajal, el de la plaza de la Pícara, el de San Marcos, y el de la Inmaculada. El que falta, el de Puerta Obispo, llegó a abrir una pequeña temporada, pero lleva cerrado casi desde su construcción hace veinte años.

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